Expresión Libre

sábado, 5 de noviembre de 2016

Lo que no ocurrió


Elizabeth Altamirano

Y qué si deposité todas mis penas en un baúl.
Un baúl sin llave.
La perdí o la quemé, es pregunta.
Pregunta, pregunta, pregunta. Más preguntas sin respuesta.
Deben de estar en ese baúl.
Baúl rojo, candado que no cerraba bien pero funcionaba.
Funcionaba como tu sonrisa, medio de mentiras, medio de verdad.
Funcionaba como nosotros, entre sueños y realidades.
Y qué si no encuentro las respuestas, ni la llave, ni las penas.
Pero el baúl sí.
Baúl rojo, desgastado, asustado.
Tan asustado como tus ojos, como tus manos.
Desgastado, asustado, rojo, así como las penas, como las respuestas.
Como tú y como yo.
Los sueños y las realidades siguen ahí.
Debajo del colchón. Del colchón junto al baúl.
Te espero pero no. No tienes la llave, pero sí mis penas.
Desgastado, rojo.
Como mi cabello cuando me dijiste por milésima vez que me amabas.
Y te guardé. Te escondí.
Junto a las penas, al colchón, a las llaves, a las esperanzas,
a las respuestas, a los sueños.
En el baúl.

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