Expresión Libre

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Droga Nv. 2 / Jesús Gallegos


Las manchas del techo me recuerdan a las aves tatuadas en tus
hombros lamiendo tus clavículas - con coronas de rayos láser y
poemas escritos en el pico - con revólveres azules incendiándose
por plumas - bailando con canciones que escribí a oscuras -
canciones sobre ángeles ahorcados con las cuerdas de mi guitarra
- esa con la que te vestí de notas sucias y riff’s demasiados
largos - con los ojos cerrados - en un ritual chamán donde nos
despojamos del alma - o lo que eso pueda ser - tarareabas con
tus labios rotos - con esos labios contagiados de una tonada
rabiosa de soles amordazados - de gatos negros - de espasmos
adornando tus costillas - de fantasmas pintando tus hombros
- de caballos lamiendo la humedad de la noche mientras te
devorabas mi corazón - aunque mi corazón es un pirámide
infinita maquillada en tu frente - diciendo que no necesitamos
disparos ajenos - tenemos balas para volarnos la cabeza cien
veces - siempre que Saturno rece por estos años confinados en
la irrealidad - por esas treinta pulsaciones de planetas locos en
tus muñecas - que somos nosotros escribiéndonos poemas en
la plantas de los pies - por esos cuarenta gemidos envueltos en
papel cielo dispuestos a ser inhalados - por esas diez terremotos
en tu pelvis y en cada una de las partículas que forman esta
rara escena de amor - donde dejamos y tomamos todo - como
la crucificados en tus caderas - esa cruz metálica - una cruz de
arena - una cruz sexual pintada con los dientes - la canción de tus
besos retumbando en los relámpagos -ritmo para ya no dibujar
con sangre de caballos en las calles - para delinear manchas
de jaguar a cada espejo de nuestra juventud - cada pastilla
de rabia que ingerimos para volvernos atemporales - cada
palabra que rompimos para dar a entender que no sólo somos
chicos drogados - sino chicos drogados prendiéndole fuego a la
moral - chicos drogados bailando en los labios del diablo - chicos
drogados escribiendo poemas en los colmillos de la ciudad - chicos
drogados besando la oscuridad - chicos drogados pintándose
la muerte en los labios para correr por este país a punto
de incendiarse - chicos drogados volviéndose infinito porque se nos
dijo que no nos estaba permitido serlo - chicos drogados en un slam
 de luces frente al mar - las calles tildando el aliento a un monstruo -
durmiendo en una cama de púas dentro de una caja en forma
de vientre paquidermo - pensando en la injusticia tanto como
en las piernas de mi vecina - bengalas a medio trance hipnótico
de ángeles armados - no pienso escribir sobre el futuro - tengo
pánico a dejar de bailar - de ver a mis amigos adormecidos - ver
fantasmas cruzar frente a mí con vestidos de escamas negras - la
noche tiene tu aliento y todas tus enfermedades - detesto pensar
que algún día seré estático - que despertaré con la misma sonrisa
con la que dormiré - que no lloraré ni tendré ganas de dispararme
en meses - que la oscuridad sea una mancha infinita orando en
un idioma extraterrestre – que ya no tendré ganas de pintar
coronas de estrellas negras en mi generación - en las flores y sus
esqueletos cazando delfines para desayunar - esto lo escribo aún
desde una ciudad que vendió el alma - que está siendo moldeada
desde un cuarto a oscuras - desde manchas en el techo que son
tu nombre mil veces en bemol y en espirales y en alegorías
del no-bien no-mal - desde las horas infinitas que pasamos
pensando en cómo incendiar un poema hasta las horas que
pasamos incendiando los poemas - desde la orilla de la irrealidad
lanzando epidemias literarias para bailar en los cráteres de
la poesía - en los tsunamis del futuro que serán programados
para desaparecer gente - en los huesos de origami con forma de
Angelica y sus tatuajes de aves - y los colapsos entre huracanes y
terremotos que tenemos en el cerebro - entre vivir encerrados en
esta recámara suficiente tiempo para perder la razón o abrirnos
el pecho estrellarnos contra las paredes y volvernos manchas
para recordar aves tatuadas en los hombros de alguien más

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