Amo lo imposible, lo intangible, lo etéreo y lo infinito.
he acallado a mi alma cuando pase por el sufrimiento
a las agrestes llanuras y ríos sentí acariciar el viento
de las noches en aquellos inmensos lagos viví silencio
todo quieto, mudo, solo canto y la superficie sombrío
una luz muy lejana junto a la orilla allá un castillo.
Y con más fuerza azotando de brisa el circulante viento
a través del inmenso lago iluminado en argentífera luz
aquella soledad inmensa y callada surge la melancolía
y se abandona mi alma en el concierto de voces efímero
sin ataduras, lucen cuerpos celestes novilunio otra vez
que inalcanzable es mi alma aún con este vasto silencio.
E inextinguible el viento riza pequeñas olas y las encalla
y en su incesante vaivén todas va depositando a la orilla
acaricia sus ondulantes y espumosas cabelleras de luna
alrededor todo enmudece, todo quieto y sombrío suena
solo leves luciérnagas posan de luces en negra espesura
al volar dejan huellas como pequeños faroles de joyería.
Mi alma busca desbordar ese fuego de amor tan intenso
que a medida que transcurre la noche, el tiempo y vacío
solo lo va llenando una mujer de voz dulce, acariciando
el corazón en que siempre vive y del cuál nunca ha salido
le amaré como dios me ama, con brasa en el alma y fuego
con su afecto, a ella por tenerla en el corazón clavado.
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