Elizabeth Altamirano.
Disfruto de tu invierno
cada noche en mis sueños
y mi corazón se llena de fuego.
Cada que me busco
y me encuentro así de melancólica
prendo un cigarro en la alcoba;
y encuentro poético el arte de fumar,
pero a mí me gusta destruirme empleando el arte de amar.
Me doy cuenta que los años pasan cada vez más rápido.
Y, mi vida, tengo la ilusión de que sigas esperando:
Esperando a que fume
tus miedos y los sople lejos,
esperando a que bese
tus demonios y los guarde en mis ojos.
Entre ayer y hoy
pasaron cinco años, una eternidad,
mientras terminaba un cigarro.
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