Deberás, ¡“irte”!, te lo dije a ti, nadie supo
¡Qué inmensa soledad!, cuánto vacío del alma
Para Ella rosas, para mí ¡solo barcarola!
Nada, solo la herida, que aún quedó abierta
Dije, ¡vete con Dios!, que muy feliz ¡seas siempre!
Nadie vio, mi pecho, que sangraba lentamente
Ni vio de sangre, cayendo gotas de mis ojos
Llegó tiempo de quitar espinas a las rosas.
Nadie vio, mi pecho, que sangraba lentamente
Ni vio de sangre, cayendo gotas de mis ojos
Llegó tiempo de quitar espinas a las rosas.
Tu voz, por eso, cuando escucho ¡de mí lejana!
Es como cuando a la lluvia, se desata el viento
¡Arrancó! de raíz, amor, fruto dulcísimo.
Es como cuando a la lluvia, se desata el viento
¡Arrancó! de raíz, amor, fruto dulcísimo.
Desde lo más hondo de mi ser, ¡probé amarga hiel!
Y en mi boca, volví otra vez, a sentir cercana
De sangre y espinas, ¡llama y amargura!
Y en mi boca, volví otra vez, a sentir cercana
De sangre y espinas, ¡llama y amargura!
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