En fogonero delirio
el futuro nos desdibuja
despoblándonos
abriendo la duda
la interrogación lastimera
que nos despelleja
en suicidios cacofónicos
en gramófonos de niebla
en la turbia y apática mañana
que devela el miedo a volar.
La vulnerable sábana raída
el tren que jamás se detiene
los fragmentos vitales
que atestiguan la caída,
el coágulo en la sien
en la noche
en la maceta derruida
esquirlada
por la tierra desbordada
en sutil desamparo
en el enemigo alojado
espiando
oculto
entre la espiga
en la pútrida madera
en el fresco oleaje.
En la ruina del tiempo,
a tambor batiente…
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