Expresión Libre
miércoles, 24 de febrero de 2016
Aún quietos / Jesús Alfonso Silva Íñiguez
Seguimos siendo los mismos, cometiendo los mismos errores
Estancados con las mismas dificultades de otros tiempos y otros espacios
Somos los mismos cuando nos topamos frente a gente nueva
Pensando en los que ya conocimos
Se nos ocurre por ejemplo; él me recuerda a mi primo; el que se mudó a otra ciudad
Y sentimos empatía por ese nuevo sujeto, aun cuando es diametralmente opuesto
Nos acostumbramos a pensar las mismas cosas de diferentes gentes
Quizás queremos que nuestros momentos felices, se intercalen con los nuevos y así no añorar
Tratamos de que las cosas nuevas no nos cambien
Buscamos siempre permanecer quietos en lo que fuimos, somos y seremos
Y lo único quieto en nuestra vida es que seguimos siendo los mismos
Mientras todo lo demás cambia
Funes el memorioso / Alan Vargas
El sistema de aprehensión y almacenamiento de Funes, tenía una terrible falla. Cuando Funes recordaba un suceso o accedía a información específica en su mente, inmediatamente creaba un recuerdo de él recordando. Después creaba un recuerdo de él recordándose mientras recordaba… Cuando se envolvía en tremendo problema lógico podía pasar semanas repitiendo esta acción. De tal suerte que muchos de sus recuerdos eran él en la peluquería con un espejo al frente y otro por la espalda.
Una niña en mi sangre / Alba Magariño Saynes
También en mí hay algo tuyo a lo que deberían llevarle flores
José Carlos Becerra
I
Llevo en la sangre una niña.
Alguna vez vistió mi piel
y me llevó de la mano
a jugar en el ombligo de la Tierra.
Alguna vez, mas no ahora.
Un día
asumió la soledad
II
¿Cuándo
volveremos a cantar
una de esas rondas
de piecitos incasables?
Salida la cabeza del vientre,
el tiempo abre sus fauces
y comienza a devorar
poco a poco
todo el canto.
¿Cuándo volveremos siquiera
a cantar un verso?
III
Desde el fondo de mis venas
la niña que llevo en la sangre
abre sus ojos
y observa:
El féretro de mi madre
comienza su descenso.
Se traga la tierra el féretro de mi madre
y ella puede ver
cómo su cuerpo se desploma ahí dentro,
cómo truenan sus roídos huesos,
cómo se deforma su incólume figura
como las bolsas de mandado al tocar el suelo.
IV
Algún día se cubrirán de flores
todas las casas abandonadas.
Algún lejano día
(siempre queda lejos cualquier día).
Les saldrán
flores
a todos.
A las casas, las bodegas,
las hojas, los zapatos:
los cuerpos abandonados
les saldrán muchas flores
¿Algún día?
V
Mi madre cruzó la Vía Láctea.
Ahora le toca ser la estrella
que apuntaba con su etéreo dedo índice
ante los ojos de la niña que vestía mi piel.
Mi madre cruzó la Vía Láctea
y se llevó consigo las alas de ángel
que la niña tejía
para acompañarla
VI
Préstame el rumor de tu aleteo,
pidió la niña,
préstame aunque sea
el rumor de cualquier aleteo
...
Pero Dios estaba ocupado
VII
Tengo una niña en la sangre,
sin cobijas ni ropa,
a b a n d o n a d a
Tengo una niña en la sangre
que canta, que gime
una niña en la sangre
que escribe poemas bañados de sol
a los oídos ausentes.
Una vez más
tengo una niña acunada en mi sangre
y es posible que yo muera
de tanta vida
agolpada en las venas
…
Alejandro Farías
El mar que muerde
la caverna del ahogado
el mar que muere
en tus pies que son tristeza conformada
por la mesura que alientas
en la cabellera del sol.
El mar que refleja
todas tus batallas perdidas
los brazos alzados
en son de agonía.
El mar que cala
en los huesos roídos
y en la espalda mullida
ciega de tanto andar
por estivales afónicos
y nubes aplanadas
por la prudencia que es espejo
y por la inconformidad del cielo.
El mar que retorna
la oración desteñida
que se levanta imperante
y acude al todo
para sanar las grietas
que son el oleaje que te empuja.
Cuando el mar remuerde
el incierto tránsito del tiempo
las cosas pierden su brillo
y se deshabitan
en oquedades apabullantes
en grises procesiones de desencanto
Ideas / Guillermo García
Las ideas botan botan
botan
botan
sobre el tinaco
que está casi vacío
con ideas secas y lodosas
sal
pi
ca das
de ideas frescas
como gotas azules y su
plub
plub
plub
plub
ca
yen
do una
tras
otra
remojándose mez clán do se
perforando la siguiente
humedeciendo la anterior
preparándola para el momento
indicado en el que tenga
que salir como un chorro
a presión de agua fría
tanto que al primer contacto
golpea y lastima
para después
refrescar y activar
el engranaje de las acciones
60 Notas / Elena Aguilar
El bajo retumbando en la pared. Las luces rebotando en el margen de
mis lentes. Un charco bajo mi pie izquierdo. La puerta de madera a
punto de caer. Tu mano en mi cintura. Noche cerrada. Edificios
viejos. Otra pareja. Un taxi. Tu chaqueta en mis hombros. Tu mano
en mis muslos. Mi mano en tu cabello. Dos taxis. Ochenta pesos. El
impulso de saltar. Una casa. Tu casa. No me quedo. Otro taxi. Un
chocolate en tu chaqueta. Dulce en la boca. Tu boca. Mi boca. Una
casa. Mi casa. No te puedes quedar. Mi mano en tu camisa. Tu mano
en mi nuca. Mi cabello. Tu puño. Un parque. Más manos. Tu aliento.
Mis gemidos. Un grito. Un perro. La noche. Mi casa. Puertas
cerradas. La abuela. El gato maullando. Mi almohada. Tu chaqueta
en la silla. Treinta y cinco días. Un mensaje. Ninguna respuesta. Dos
trenes. Luces oscilantes. Seis vidas sobre el tablero. Risas lejanas.
Químicos corriendo. Cuadros que me miran. Tu chaqueta en el
armario. Un collar perdido. La canción repetitiva. Noventa y nueve
cosas por hacer. Las botas sucias. Tres cigarros. La esperanza en el
armario y una promesa en el andén.
Marina / Giovanny Ríos
sujetarte el cabello y mirarme fijamente Llevo casi dos meses
pensando en qué decirte al momento que me sonríes Aseguro en mi
mente un futuro incierto para reconformarme Marina ¿cómo es que
te gusta el café? Creí que eras vegetariana No hagas mucho caso, he
estado preso desde hace años He querido correr hacia ti y besarte
pero me ha detenido la cordura Aunque debo admitir, a este punto,
he perdido la cordura (por ti) ¿Y de qué me serviría la cordura y eso
sólo provoca no estar contigo? Estoy a una oración de distancia, a un
gemido que emane de mi boca Sólo eso necesito y dejamos de ser
extraños Y dejamos el preámbulo Y dejamos el anonimato Y dejamos
atrás la nudez Podría fingir un paro cardiaco justo al momento de
caminar hacia ti, pero temo que el show se convierta en un acto
Fabricaremos miles de noches y cuatro mil nuevas historias del
Himalaya y de nosotros Planeé los siguientes 4 lustros a tu lado,
ahora sólo tengo que voltear hacia ti por más de 5 segundos Estoy
enamorado de Marina, a pesar de que nunca la he visto en otro lugar
que no sea la biblioteca.
Bailemos / Jesús Gallegos
Muéstrame tu boca de lobo
todas las cosas que no tienen nombre
y bailemos
con la muerte que es nuestra droga
inhalemos relámpagos
dejemos sueltos a los dragones
y bailemos
sobre nuestra sepulcro
en los faros guiando a los papalotes
en el mar que se come tus sueños
en las guitarras que suenan arriba de nosotros
y bailemos
como murciélagos sordos lamiendo el filo de hachas manejando como locos por la ciudad
bebiendo ángeles
estremeciéndonos arrítmicamente
con tal violencia que el aire gima
y bailemos
el caos es tu ritmo secreto
la luz al final del túnel
tu corona de rayos láser
que masticamos que nos inyectamos
y bailemos
a oscuras
con el silencio penetrando el juicio
cada órgano
cada estado de la materia
cada vida que no vivimos y bailemos viajando al último estado de la consciencia
nunca volvamos pensar
nos hace daño no hay fórmulas para delirar correctamente todo es un error
y bailemos
bajo una lluvia alucinógena
destrozando los recuerdos
pintemos nuestros cuerpos en cada pared
en cada esquina de esta ciudad
en cada célula de la muerte
y bailemos
poseídos por calidoscopios por samuráis con suficiente nafta para crear otro mundo por aviones de papel con bombas atómicas entre cada renglón
por cada verso que se escribió
por cada verso que no se escribió
por cada último verso que salió de tu bocapor cada boca que rompimos en nuestra juventud
y bailemos
como si la revolución fuese cigarro y éste el último de la noche pensando en las cruces que sembramos en la frente de los amigos y las que sembraremos no con tierra ni con cenizas
sino con poemas sobre otros poemas
y bailemos
porque la muerte es el síntoma
la locura
los hematomas
los gusanos
los ovnis que dibujamos durante las claseslas feromonas rabiando por otro sexo: Al que también se le llama
amor
los viajes
las madrugadas
las mil veces que bailamos a oscuras
que leímos a oscuras
donde nació las ganas de re-escribir todo
de incendiar todo
de bailar sobre todo
de aullar
y bailemos
sin música
a oscuras
todo sabe mejor a oscuras
Espejismo / Jorge Yam Ya
Tu ausencia acaricia la casa,
Juega en los balazos de mentiras
que perforaron los momentos
que siguen en el álbum.
Subes con alcohol a mi cuerpo
bajado con tu partida
lo que dejaste en un sobre.
Tus llamadas
llegan a deshoras
pidiendo continuar lo inexistente.
Algo fue más lento que tú presencia.
Por eso el cesto tiene ya tu cuerpo,
los gusanos construyen
su casa en tu rostro,
junto en la habitación de lo que fuiste.
Edificio IV / Manuel Rayas
EL PARARRAYOS EN LA HORA DEL ESTRUENDO
ME QUISO CULPAR DE SU EXTRAÑA SONRISA
MAL HALLADO HA SIDO EL MAL HUMOR DE SU ESPINA
CUANDO LA EPILEPSIA CAYÓ DEL CIELO
DADO EL EFÍMERO TIRO DEL AZAR
CAMBIÓ LA SUERTE DEL ESCLAVO OBELISCO DE METAL
AL LLEGAR LA CALMA
NO NECESITAMOS LA RABIA POR AHORA
SOY UN EMBLEMA
QUE ANTENOCHE
LOS TIEMPOS SOÑARON
PERO JAMÁS ME IMAGINARON COMO UNA SOMBRA
La "tarro vacío" / Mario E. Pineda Quintal
Las moscas,
no entienden tu triste sinónimo,
todos nos reímos de ellas,
eres un tarro vacío.
Esperan en tus labios,
en los alrededores de la garganta,
la cerveza de nosotros,
unos cuantos borrachos,
que en vez de rellenarte,
preferimos el beso que te causa la curiosidad de saber,
si hay oxigeno afuera de la cantina.
DEFENSA DE LA HUEVA / Óscar Tanat
Dentre todas las alteraciones, dentre todos lo monstruos que a nuestra mente acuden buscando algún hallazgo, algún vestigio (subliminal) virgen de cabeza. Hay uno, el más temible, el más irresistible, santo y quedo: la hueva.
Hay hombres y mujeres honorables que se dejan envolver por la pasión involuntaria. Que en el acto de "hacer" sucumben al fracaso, el aburrimiento les aturde de tal modo que su cuerpo los incita a levantarse, incapaces de habitarse a sí mismos prefieren habitar el mundo ajeno: "su mundo" y amarrarse; se adaptan o no, pero "hacen". Hay en cambio otros, lector —y no es tu caso si te tomas el tiempo para leer este texto que…¡qué hueva!—, que prefieren hacer nada. Porque habitar el mundo haciendo nada supone una existencia más larga que la del activo-rutinario, un minuto resulta más vasto, más conmovedor, más triste, ¿más humano acaso? Para el huevón, la manecilla de un reloj se agita con benevolencia, el tiempo lo compadece, se hace su amigo, lo recompensa.
El rutinario, el "trabajador" no habita más que en las horas como mínima expresión de movimiento. Aguarda la hora de comer, impaciente. Aguarda la noche que se le escapa en un mal sueño, y así las semanas se le escurren y los meses. El inútil, por el contrario, podría habitar la cama de manera perpetua, como el bebé que sacude las extremidades en su lecho, en su leche, inocente… libre de toda culpa, sin el riesgo al error o al ahogo en el éxito. El inútil es libre, no tiene el estrés de las falsas esperanzas, pues el futuro le es más nítido, más claro, tiene la certeza absoluta —nótese la redundancia— de la nada.
Pese a todo, hacer nada supone también, ¡ay!, un esfuerzo. Implica el desprecio por la vida, implica ir en contra de sí mismo, implica la sofisticación mental del organismo; mientras la mayoría busca encontrar la emoción en la vida, el huevón la ve pasar, la contempla sin exaltarse. La vida no le provoca, la vida le es "dada". El deportista, el artista, el adicto a la adrenalina, a las drogas, es incapaz de la satisfacción sin el estímulo, el huevón sólo requiere ser para estar pleno, el huevón es un acto poético, no sirve para nada, pero está ahí, como muestra de la existencia pura, capaz incluso de inmortalizarse. Las momias son claro ejemplo de esa inmortalización, ese congelarse en el proceso de morir, como si hasta la idea de la muerte le hubiera dado pereza al alma entregada a la absoluta hueva. Y es que el sentido común nos dice que lo muerto desaparece, pero ellas, las momias, permanecen. Son pues las momias la gloria de la hueva, la inacción permanente del cuerpo del hombre en su pereza, la muerte sin la muerte, la hueva como presencia, y la presencia como inmortalidad.
¡Ah! La hueva, en términos físicos también es grave, permanente y vital: pesa. Es un peso entre las piernas que impide levantarse, implica a los genitales apuntando hacia la tierra, hacia el origen mismo, hacia la muerte o hacia el centro del planeta.
Hacer nada representa un modo de amor al hombre, de sacrificarse en el espacio para que los demás, los que sí hacen algo, tengan más para sí. El huevón es ante todo un filántropo nato, alguien que deja el camino libre para otros, sin estorbar el éxito ajeno: el huevón es un hombre humilde. No aspira a nada, no gasta su tiempo en engrandecer un ego innecesario, aunque en el fondo, al saber que ser huevón no es fácil, guarda una partícula de veneno en su alma: la soberbia. Pero no nos confundamos, esa soberbia potencial no es peligrosa, es por el contrario sublimada por la inacción de su organismo, de sus manos, de sus sueños. Su soberbia es como un gato que ronronea en el regazo de una caja: inofensiva, casi nos hipnotiza, es honesta.
Desafortunadamente para el hombre inactivo comer es también un acto necesario, una molestia, el hambre deviene en su peor enemiga. El hambre le dice que debe moverse, y sólo en ese instante "decide" tomar la iniciativa. Pero no nos confundamos —otra vez lo digo— no es una iniciativa voluntaria, más bien es su condena. El huevón se sabe en este punto débil ante las circunstancias de la vida, y pese a su voluntad, se mueve, se sacrifica, hace pues un esfuerzo digno de aplaudirse. El huevón lucha contra sí mismo, y se hace consciente de que la libertad no existe. Y sufre, sufre innecesariamente, se convierte en un ser atormentado por la biología, el huevón se inunda de una tristeza nacida en el seno… de la naturaleza. Y todavía la sociedad lo cuestiona, lo estigmatiza y lo señala. El huevón se vuelve entonces objeto de la injuria, se busca despertar en él algún atisbo de agitación, se le incita, y si no, se le reprime. Se siente entonces confundido, se espera de él la acción contundente y productiva, y se gesta en él un resentimiento perezoso. Se le neurotiza.
Pero ¡qué bah!, los intelectuales dirían que la hueva es un acto de resistencia. El huevón se resiste al trabajo, es pues una actitud política, desprecia el trabajo colectivo como un desprecio inconsciente al hombre, que lo oprime. Quizá el huevón fue un animal en otra vida, incapaz de desequilibrar a la naturaleza, se funde con ella. El huevón se asemeja al árbol, sus células muertas caen en la tierra para nutrirla, su respiración alimenta a las plantas. Es sublime como individuo en cuanto se nos presenta puro, casi místico, en un estado "alterado" natural. El huevón es inerte, y en esa inercia radica su belleza, su honestidad, sus huevos de huevón para decirnos con franqueza: "nada, amigo mío. Absolutamente nada… me interesa".
Suspendido / Oscrak Sandoval
Decágalo / Paul Carrillo
1. Todo norte es sur y viceversa. 2. Posmodernidad: vómito glamoroso. 3. La cordura es una cuerda (ya saben para qué) 4. Rodar por las escaleras es otra forma de bajar las escaleras. 5. A veces vemos un espejo cuando nos vemos al espejo. 6. Hay accidentes que salvan. 7. Cada persona es un zoológico. 8. También las ruinas se habitan. 9. El tiempo es una bomba de tiempo. 10. Nueve ocho siete seis cinco cuatro tres dos uno…
Amo tu tierra / Saturnino Ruiz Roque
Amo la tierra en que naciste, playas y bosques
La harina de tu piel, ¡de luna llena en octubre!
El manantial de tus labios, ¡que gusto me toques!
En las ramas de tus brazos, ¡todo me descubre!
Con porcelana fina, tus dedos, ¡me acarician!
Como el remolino al viento, las ramas, ¡sus hojas!
Has penetrado, mi alma en la tuya y parecían
Aguas del mismo río en que junto a mí, ¡te arrojas!
La noche inmensa avanza, lenta al estar, ¡tan juntos
Juntare las estrellas al cielo, ¡de tus ojos!
Suavemente besare, ¡la dulzura a tus labios!
Rodearé tu cintura hasta, ¡tenerte en mis brazos!
Mientras dure la noche, ¡con todos sus luceros!
Fundiré tu boca en la mía, besos, ¡eternos!
¿Por qué debería temer a la Diosa oscura? / Vidal Uribe
Si voy entre tuberías
arrastrándome con polvo suspendiéndose
en una nube cósmica de aciertos terroríficos
sobre mi rostro
¿Por qué?
Si voy adentrándome en las bifurcaciones del drenaje
la naturaleza es cruel
y mis ondas luminosas están desnudas
pegadas al metal frío lleno de ratas y mosquitos burócratas
y los pétalos de la subterra van nadando conmigo
en una especie de biblioteca mística
¿Por qué?
Si se ha ordenado que toda estrategia de supervivencia en aguas negras
se deba descartar debido a los eventos traumáticos de la condición humana
si sobre cada capa de tierra hay raíz
del descomunal infierno del caos al infierno del caos
de una medida de todo lo que es un supuesto
¿Por qué debería incluso temer?
Si están allá arriba tocando en las calles
que México es expresado:
en un cielo, en un pequeño monstruo, en una catástrofe silenciosa
en una herida nocturna
y me empuja el flujo del delirio oscuro
hacia la caída de mi extraordinaria-ordinaria vida
y recuerdo que en el menor tiempo
al herir las retinas
en un mundo medio
el sol aún conversaba conmigo.
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