—Mire resulta que
tengo un problema serio con las comas los punto y comas y los dos puntos así
que por hoy no quise ni traerlos. Al punto y seguido ya le estoy agarrando
cariño así que no me queda otra más que llevarlo a mi lado (conste que no es
por recomendación de Octavio Paz. Eso ya sería una sobredosis). De los signos
de exclamación por ahí me enteré que los debes usar máximo una vez cada diez
mil palabras así que me da igual si vienen o no. Por otro lado me parece
curioso que los tres puntos últimamente han sufrido el abandono por parte de
los poetas e investigadores a pesar de que son ellos los que están más cerca de
las redes sociales y de la gente ¿envidia o coraje?
Pero bueno no vine
aquí para hablarle de asuntos transversales. Vengo porque mi hija está a un día
de nacer y créame no tengo ni la menor idea de cómo nos vamos a entender. Por
un lado yo me comunico mejor escribiendo que hablando y por el otro me dicen
que ella se comunica mejor llorando. Una de dos o voy a terminar llorando o
ella escribiendo a no ser que los dos encontremos una nueva forma de
entendernos. Podría decirme según su experiencia ¿qué se hace en estos casos?
—Mire amigo, creo
que no nos estamos entendiendo. Primero, debe pedir una cita antes de venir a
terapia, puede hacerlo aquí mismo o por teléfono y segundo, usted tiene un
pésimo sentido del humor, así que vaya tomándose en serio esto del nacimiento
de su hija si no quiere tener problemas con ella en el futuro.
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