sonidos del silencio,
vengo del lugar más árido del mundo
de la llaga putrefacta de dios,
soy el escupitajo de dios,
vengo de su hijo ensangrentado,
de un tumba polvorienta
llena de flores secas que olvidaron cambiar,
vengo del hoyanco de aguas sucias
en el que todos caen irremediablemente
yo soy el hoyanco, soy la cuenca maloliente,
la herida abierta que todos observan
como si se tratara de una temida entrada a la muerte.
Vengo con las manos vacías, con el pecho vacío
con el ombligo cercenado,
vengo de mi madre muerta, de su piel purpúrea,
de su frente callada
de eso que se tiende como un trasto roto
en la mortaja.
Vengo del olvido total,
del fondo de la tierra,
plagada de sombras vengo,
vengo de un destierro
sin fin
y te miro…
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