Expresión Libre
martes, 11 de agosto de 2015
Camino a la playa / Jesús Alfonso Silva Iñiguez
Nos dirigíamos a Puerto Vallarta, a
realizar un trabajo urgente. Sin tiempo que perder tomamos un camión de esos
dorados que siempre tienen regalos para los pasajeros. Eran las 12:00 de la
noche cuando abordamos el Autobús. Encontramos en los pasajeros gente muy
diversa, desde gente vallartense que regresaba de realizar alguna visita, o de
una consulta médica en los centro de especialidades de la ciudad, hasta los
turistas que decidieron ahorrar unos dólares viajando a Guadalajara, recorrerla
y después ir en camión en parte por el ahorro y en parte para conocer por
tierra el país. Pasamos los primeros kilómetros sin inconvenientes, platicaba
plácidamente con mi papá de muchas cosas como acostumbrábamos en esos viajes,
recordábamos cuando tuve paperas y por poco no lo cuento, esto porque la
enfermedad me vino, después de haber sufrido una infección muy fuerte.
La historia de esa infección es como de
cuento de terror, cuando era un bebé, mis papás pensaban que era muy llorón
siempre los despertaba en la madrugada llorando con todas mis fuerzas, pero
aquel martes se dieron cuenta de que no se trataba de un llanto normal, mi papá
muy enojado porque los desperté, le dijo a mi mamá que fuera a ver que tenía;
sin prender la luz, mi mamá me palpó mientras me abrazaba y sintió humedad en
mi pie, rápido prendió la luz y descubrió que era sangre, revisaron y
descubrieron que una rata había estado comiendo de mi biberón, y yo desde bebé
tengo la costumbre de no aceptarle nada a nadie así que me imaginó le di de
patadas a la rata y está fue su respuesta. Después de eso enfermé de paperas y
por esa infección previa se me complicó mucho, estuve muy cerca de morir. Esa
era una de las historias recurrentes de los viajes esa y otra no menos célebre,
que era una historia que ocurrió en una feria, yo fui de los hijos menores de
mis papás y cómo ya tenían tres, era muy difícil cuidarnos, lo que ocurrió fue
que en un descuido desaparecí de la tutela de mis padres y se imaginaran el
drama, lo importante fue que mi papá actuó rápido y se subió a un juego desde
donde pudo ver que ya me llevaba una señora, sin perder tiempo corrió y me
arrebato de las manos de la señora que sólo Dios sabe a dónde me llevaba y con
qué intenciones. En estas charlas se nos iba el viaje cuando por fin entramos
en Nayarit, porque hay que decirlo para ir a la costa en mi país, se tiene que
entrar a otro estado siendo que voy a la costa de Jalisco, partiendo de la
Guadalajara, cosas que te dan a entender que en México les gusta que rodees,
para que conozcas y para que pagues cacetas a consto de primer mundo.
Pero en este rodeo que se hace, se
pasa por una parte bastante peligrosa llamada, Plan de barrancas, que está
llena de curvas con voladeros, en esta parte que es muy lenta siempre me pongo
a leer los señalamientos y uno me llamó poderosamente la atención decía cuidado
con el ocelote, el ocelote que es un felino que habita en esa zona es un poco
más chico que un puma. Y yo pensé, quien se va a detener en esta zona es poco
probable que eso pasé, en eso estaba cuando, miré por la ventana y vi a uno de
esos animales parado en un árbol delante de nosotros en eso trate de llamar su
atención y moví las manos lo más rápido que pude, el ocelote me vio y sin decir
agua va se lanzó a mi ventana estrellándose en el vidrío. Todos los pasajeros
se alarmaron el vidrío resistió el impacto, y el chofer se percató del impacto,
al notar que el animal maltrecho se alejaba, no falto el activista que dijo hay
que ver si está bien, a lo que el chofer respondió que era muy peligroso
arrimarse a él. No podía creer que me tocará ver a uno de estos felinos y de no
estar tras un crista me hubiera enfrentado a lesiones de con sideración o a la
misma muerte, sería el colmo que terminará en las garrar de un ocelote después
de libarla de tantas cosas en mi niñez, no sé si ya estoy predestinado a
terminar de forma trágica mi vida, pero me queda claro que los señalamientos de
las carreteras tienen su razón de ser y es mejor hacerles caso.
Adan debe morir / Vocaur
¿Cómo decirle que Adán debe morir…
Que todas las noches pasa por la calle arrastrando su ataúd,
Que una monja lo ve, para y…
Que los teléfonos suenan a su paso y nadie contesta…
Que conspira en silencio
Que le duelen las manos y los pies
Que no quiere morir
Que piensa en un egoísmo inmenso
Que arrastren voluntades, deseos y esperanzas?
La gente duerme y sueña con la abundancia que
[inunda sus vidas.
Alguna vez fue…
Adán debe morir
Y me da miedo.
Corazones esperando renacer
En el llanto de una virgen de yeso,
En un beso de valvas saboreando la piel salada
[de amor.
Adán enclaustrado en el tiempo
Esperando el sonar redondo del alba.
¿Cómo decirle que tengo fija en mi cabeza
Esperando el sonar redondo del alba.
La idea de su muerte…
Que no puedo dormir por la idea
que me causa el sonido del ataúd al rozar la graba…
que sino muere pronto
tendré que matarlo yo…
Que me estoy volviendo loco por ese pensamiento
[obtuso?
Adán debe morir…
Y me da miedo…
Cosas que vuelan / Samuel Rodríguez
No sé que hace una palomilla en el muro de nuestro cuarto a estas horas de la noche. Quizás lo mismo que yo. Espero que mi esposa no se levante porque le aterran los insectos, en especial los voladores. A mí también me aterran algunas cosas que vuelan, por ejemplo, las Palabras. No me asustan cuando se arrastran o las dicen los niños. Pero en ocasiones, cuando voy a la iglesia, cuando abro uno de esos documentos que escriben los investigadores o cuando asisto a una junta determinante, me aterran las Palabras. Pareciera que se me viene un enjambre encima, como si a las palabras se les quitara su significado, su encanto y solo les quedara el !!bshhh!! !!bshhh!! ese sonido que aterra. En mi opinión, sería mejor si le diéramos a las palabras la misma importancia que le damos a nuestras tesis. En fin, la palomilla ya se fue. A nadie le importa mas que a mí (así son los acontecimientos minúsculos). Mi esposa despertó, no miró a la palomilla y volvió a dormir. Y yo sigo aquí, viendo como se arrastra y se estira la palabra: desvelo.
La todavía llanura de los chistes… Mercurio Vázquez
La todavía llanura de los chistes
A cielo y tierra. Abiertos hacia.
Princesa del Hacia.
Para ser.
Amarres del ave, Amaneceres del Fénix
Estatuillas.
Humanas las manos que mamó el de la piel de escamas plano
[a palos por la visión del basilisco lacaniano
Ave muge la lechosa. Dicha. Canción de los azotes
se revuelca en su jaula loco de alegría
porque esa noche la Mar Berta
que tiene hocico y el vicio de leer el pentateuco en hebreo
que es decir ebria y con la creencia descreer para crecer y
[decrecer
de que así tendría suerte en las apuestas la encerraron
por expandir el orificio del ego
y expiarse de un grito masoquista que estalla en la cabeza
para ir más allá de su cocaína católica
pletórica la Mar Berta, especie de dinosaurio sexual, se desnudaba (por así decir, porque la Mar Berta nunca podrá estar desnuda)
y al florido lacayo raspaba con el dorso del cepillo y bajo el
[granizo del Quicio Pinal, nunca juicio, nunca final
hacinado en la barca a lo Lorca la loca de los pájaros
que se paren y se gozan entre ellos
gozan los pájaros que luego estallan por partes
como los delincuentes y los artistas se gozan entre ellos
antes de caer todos de la cima
en el campo de concentración de las fuerzas específicas, históricas, materiales, pitagóricas, masivas, nunca pero nunca de verdad subjetivas
cuando uno sienta el vacío, como un cáncer también atávico
[pero reciclado en la esperanza...
Poco a poco / Mario E. Pineda Quintal
-Váyanse a la chingada, pinches zapatillas, sandalias, botas y chanclas, a solas y en pares, todas chinguen a su madre y sus putos tacones también, ya no me sirven- grita Maricela, con el rostro enfurecido, hacia el aparador de la zapatería.
Después de otra mentada, el gerente del negocio se para junto a ella y le dice que ya pasó la hora, que se largue. Maricela ofrece cien pesos por otra más, pero no se los aceptan, le piden que se vaya porque asusta a los clientes.
Ella guarda el dinero en su bolso, extiende la sábana que tenía doblada encima de sus muslos, tapa las costuras donde terminan sus piernas y encamina su silla de ruedas hacia la salida. Mañana continuará con su terapia de rehabilitación.
Supersticiones / Sophie Smawley
I can see the future and read the mind.
Clean future my love .
Cuando el déjà vu comienza mi afán por destruirlo.
Mientras el día se plague de verde y hasta donde la
[valentía alcance…
Toma el vestido de las esquinas con dulzura e inicia
[caja musical.
Sostiene el peso de su cuerpo y sin sueño.
Derretían sus rostros a nivel epidemia, la conciencia
[de todo por dentro. Have one inside.
Y como no querer lo comercial si parece funcionarles.
Los orbes se alinean, el Dios educado como Dios ha
crecido
No necesita la tradición para reír de amor.
De la seguridad de un rastro y de nada, no viene lo
[que sigue.
De haber sabido escuchar.
How perfectly she said… than I could take… that…
because… I want… It’s look fine… so “It’s a wond…
“There is no place to arrive” so where you go?
…dripping drops of happy cosmos…
Yuxtaposición / Vidal Uribe
Entre peces
entre el acuario
entre el zoológico
entre una visita inesperada…
encontré una sirenita
¡Oh! sirenita, sirenita
sus largos cabellos quemaban como el transcurso de Helios
y sus ojos: de duraznos en almíbar.
Se acercó y apoyo sus senos en el vidrio mientras que
[suspezones se expandían como tinta china.
¡Una posesión! estaba implícito en la desesperación
[de su movimiento ondulante;
pensé en López Velarde y sus hormigas voraces.
De su misteriosa boca pronunció: Ulises, acércate
¡Oh! sirenita, sirenita
quise penetrarla y no tenía pies
quise besarla pero el vidrio y la realidad me lo
[impedían
quise mirarla y solo puede enamorarme de sus ojos de
[duraznos en almíbar.
Entre un eco muerto,
entre unos oídos sangrando,
entre perdido en el mar Egeo,
entre un sonido desesperante,
encontré una sirenita…
[Apúntame en la frente con un revólver de relámpagos negros] / Jesús Gallegos
Un revólver escupiendo tu nombre
Un revólver escupiendo a tu nombre
Un revólver apuntando a la luna de tu
sexo
Un revólver hablando con mis amigos
incendiándose
Un revólver hipnotizando a las libélulas
drogadas que nadan en tu saliva
Un revólver bañado en tus besos
Un revólver bañado en tus besos azules
Un revólver comiendo la tristeza en la
tumba de tus uñas
Un revólver danzando en tus labios
Un revólver riéndose con tus costillas
perfumadas de muerte
Un revólver desnudándose en las pupilas
de la madrugada
Un revólver asesinando noches lobo
Un revólver incinerando mis huesos en el
desierto
Un revólver naciendo entre tus
pechos
Un revólver con tu nombre escrito en el
cañón
Un revólver con tu nombre escrito en oro
en el cañón
Un revólver eléctrico
Un revólver cromático
Un revólver consumiéndose en tus gemidos
Un revólver diciéndome cosas al oído de
mi futuro
Un revólver diciéndome al oído que no
tengo futuro
Un revólver tatuado en tu espalda
Un revólver santo besando la tumba de
Ginsberg
Un revólver pirómano masticando mis manos
Un revólver marcando las 3am en el
gatillo
Un revólver subiendo por tus muslos
Un revólver cabalgando en mi corazón a
punto de tirar rayos láser
Un revólver inhalando nubes de las patas
de una araña fornicándose con el mundo
Un revólver negro
Un revólver mortalmente negro
Un revólver rezándole a mis amigos
muertos pero ellos no están muertos no están azul ni noche
no están en los diarios ni luna no están
locos ni poetas están aquí
Un revólver diciéndome que hay mil
mujeres queriendo volarse la cabeza por mí
Un revólver al que le digo que sólo
quiero volarme la cabeza contigo
Un revólver que patalea en mi vientre
Un revólver que es un feto estrellándose
con el mundo
Un revólver apuntándole a la sien de mis
fantasmas
Un revólver apuntándoles a mis amigos que
no están luz ni santos ni esqueleto ni toro
Un revólver gritando que no me importa si
creen que dispararé o no
Un revólver que grita: “somos pequeños
revólveres apuntándole al mundo”
Biosterio / Michel Loeza
Me aturde cuando estallan las sonrisas
en un sonido similar al de las Hienas.
Pobre, cuando el aire es los hedores del aliento,
entre un rebaño animales extraviados.
Pierdo el rumbo, entre hechos que son vapor,
entre rutas que más bien son rieles,
con direcciones que más bien son involuntarias,
y sobre todo cuando pienso en ello.
Me vuelvo un loco cuando me desprendo
de aquel listón rosa, falso, anómalo.
Cuando quiero limpiarme la saliva,
y quitarme el olor a mierda.
Me aturde ser un soplo,
una piedra, un humano.
Me aturde serlo, como la risa,
una torre de cartón.
Y me aterra más aún cuando lo pienso,
en una cavidad que también es un cuerpo.
Cuando lo pienso a un centímetro de los demás,
( ! ) en una cavidad repleta de números.
Me adormece el hombre,
y me aturden sus sonidos,
sus formas, sus palabras y sus hitos,
que son un recipiente donde no hay todo y ni vacío;
y no comprendes nunca.
Entonces ¿cómo?
Pero más me lía el ¿por qué?
porque al parecerme vivo,
me acaba pronto la pregunta.
Coronados con el sol…/ Hugo Medel Gómez
Coronados con el sol
Van los cristos morenos
Raspando el suelo con sus huaraches
Van a regar la tierra con sus santas lágrimas
A plantar bajo el mismo polvo de donde nacieron
A cosechar la vida con sus manos casi muertas
Auras espinas reflejan sus heridas
Sobre sus sombra cicatrizada
¡Pero qué carga tan pesada llevan a sus rastras!
Aquellos desgastados cristos
Coronados con la divina aureola
Encandilados, cansados
Van por tierras hechas talco
Con el crucifico decorando su cuello
Y la guadaña su brazo
Velan hasta que el ocaso decline su corona
"Padre nuestro que estas en el cielo…
…danos hoy vuestro pan de cada día…"
Así terminan su jornada los pobres reyes
Hasta que el sol anuncie de nuevo su coronación.
El cielo abre sus fauces / Alba Magariño Saynes
1
Darán las seis de la mañana
de este lado del mundo.
Alguien va a despertar temblando de frío,
helados los ojos, el aliento, las uñas.
No habrán cobijas.
2
A las seis de la mañana, se asoma el alba,
famélica luz que se extingue, presta,
con el fuego del sol comiéndose el mundo.
3
Serán las seis,
mis ojos no se han cerrado en toda la noche,
el rumor de la luz petrifica
mi alma sentenciada a la muerte.
4
Yo nunca espero
las seis de la mañana.
Mi madre me ha dicho
que es la hora de la muerte:
los ojos del cielo se abren para verte.
5
Alguien ha cruzado el río a las 6 de la mañana.
De este lado del mundo, la luz comienza a devorar.
Elvis / Alan Vargas Mariscal
Elvis era pura piel
sus órganos evertidos
pecados y sangre
irradiados por todo Las Vegas:
su voz se extravió en la soledad
de dunas y luces
Mi soledad también
está hecha de piel y
por dentro es un abismo…
Espero / Carlos Islas
Espero pero…
espero ro ro ro
espero
sólo queda esperar
dejar que pase el tiempo
pasar sobre el tiempo
pasar debajo del tiempo
dejar que el tiempo
pase sobre mí
debajo de mí
nadar en el tiempo
o que el tiempo
nade en mí
esperar
azul, verde, café, otro azul
esperar
te pienso en la cálida sombra
te espero
espero
te pienso
pienso en que te pienso
y en tus labios
y en tus ojos
y en tus pies
mis pies tras tus pies
espero
el viento fresco hace bailar las cosas
espero
azul café verde otro azul
gaviotas palomas pelícanos
la garza
me subo en el tiempo
navego
y me lleva en sí
Había olvidado / Andrés de Jesús López Aguilar
Ya no lo recuerdo,
sé que te amé,
sé que te amo,
pero no sé el por qué.
Lo he olvidado,
no recuerdo la razón.
No recuerdo tus labios,
ni el latir de tu corazón.
Dejé ir nuestro pasado
junto a cada recuerdo
acompañado de cada vez
que en mi pecho te he arropado.
Ya no recuerdo
tu bella figura,
ya no pienso
en el contorno de tu cuerpo.
Olvidé tu mirada,
esa que tanto extraño,
eliminé cada muestra de amor
y hasta el último "te amo".
Olvide que nos conocíamos mejor que a las palmas
de nuestras manos.
Olvidé tanto de ti,
que no pude recordar que te había olvidado.
Claroscuro / Brandon Samuel Martínez Razo
Tu cabellera bruna, tu risa, tú mirada,
La única palabra frente a ti mencionada
Es ¡amor!
Si alguien intentara, o si tan solo lo pensara,
En conspirar contra ti,
Nada lograra, eres intocable,
Palabra de doble filo que me daña,
Palabra de vida eres,
Buena y despiadada, eres paz y eres guerra,
Suave calma y tormenta,
Sabía cómo nadie y analfabeta,
Eres vida y agonía, golpe y caricia,
Eres lo que deseo ¡vida mía!
Son tus ganas de vivir lo que me impulsa día a día,
Eres mi complemento, sol de mis días,
Estrella de la mañana,
Aurora que en la tarde queda perdida,
Eso y mucho más eres…
Y lo mejor,
¡Eres solo mía!
Mujer plena / Saturnino Ruiz Roque
El fuego ardiente en tu cuerpo llevas, mujer plena
aroma delicioso a mil rosas en tu boca
Piel, luna de plata, gaviota al viento que suena
al batir de alas, eres olas contra la roca.
Atrapaste en tu red, mi corazón fugitivo
Eres tempestad, lluvia a torrentes, relámpago
Cuantas veces, permanecí contigo, ¡cautivo!
Por tus caricias, besos y ternura, ¡me embriago!
Podrás calmar esta sed de ti, mujer amada.
Fuiste una noche que tu amor, tocó mis sentidos
astros, rosas y estrellas princesa, quise darte.
La luna besaba, toda agua, fuente plateada,
en tus labios olvido, sentimientos heridos
Pues tiempo y el universo es poco, ¡para amarte!
Retumban dulces acordes… / Alejandra del Carmen Chávez
Retumban dulces acordes en mi cabeza.
Una triste sonata dibuja mi mundo,
giro, volteo hacia el cielo.
Veo el viento que suavemente
sopla por los alrededores,
mueve las hojas de aquel viejo encino.
Y en ese preciso momento,
se aturde mi corazón.
Las tristes notas de un violín olvidado.
Corren lágrimas.
Pareciera un sueño.
Una cruel pesadilla.
De la cual aún no despierto.
Sábado de tertulia / Cesar Corona
Café negro
coloquio
coctel de temas
entre ellos:
"la profundidad"
"el ojo"
"la contemplación"
"el tripeo".
Los minutos pasan
sin tocar baranda
se vive y revive fuerte,
no hay monólogo
se interactúa.
Suceden
opiniones;
invitar a "rasty 2" a charlar
lecturas;
LIBER, "la pasa", entre otras
ocurrencias;
un tema, cuatro mentes
propuestas;
lectura en plaza voz a cuello
vivencias;
los tripeos nocturnos, casi convulsionantes.
Sábado de tertulia
coloquio por placer
por mero placer
por mero gusto.
0:00 / Juan Amador Gaya
Las
0:00 y lloviendo
las
0:00 y el sueño
se
fue
lo
busqué en algo que leer
y
no lo encontré
sólo
encontré una taza de café
frío
y requemado
con
amargo sabor quedé.
A
las 0:00 desperté
y
no estabas
cerré
mis ojos como punto de encuentro
pero
aún no llegabas
recordé
en el mejor café
el
café de tus ojos
y
me dio frío
saber
que no teníamos historia
tan
solo las 0:00
siento
mucho
sucede
nada.
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