Retumban dulces acordes en mi cabeza.
Una triste sonata dibuja mi mundo,
giro, volteo hacia el cielo.
Veo el viento que suavemente
sopla por los alrededores,
mueve las hojas de aquel viejo encino.
Y en ese preciso momento,
se aturde mi corazón.
Las tristes notas de un violín olvidado.
Corren lágrimas.
Pareciera un sueño.
Una cruel pesadilla.
De la cual aún no despierto.
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