La todavía llanura de los chistes
A cielo y tierra. Abiertos hacia.
Princesa del Hacia.
Para ser.
Amarres del ave, Amaneceres del Fénix
Estatuillas.
Humanas las manos que mamó el de la piel de escamas plano
[a palos por la visión del basilisco lacaniano
Ave muge la lechosa. Dicha. Canción de los azotes
se revuelca en su jaula loco de alegría
porque esa noche la Mar Berta
que tiene hocico y el vicio de leer el pentateuco en hebreo
que es decir ebria y con la creencia descreer para crecer y
[decrecer
de que así tendría suerte en las apuestas la encerraron
por expandir el orificio del ego
y expiarse de un grito masoquista que estalla en la cabeza
para ir más allá de su cocaína católica
pletórica la Mar Berta, especie de dinosaurio sexual, se desnudaba (por así decir, porque la Mar Berta nunca podrá estar desnuda)
y al florido lacayo raspaba con el dorso del cepillo y bajo el
[granizo del Quicio Pinal, nunca juicio, nunca final
hacinado en la barca a lo Lorca la loca de los pájaros
que se paren y se gozan entre ellos
gozan los pájaros que luego estallan por partes
como los delincuentes y los artistas se gozan entre ellos
antes de caer todos de la cima
en el campo de concentración de las fuerzas específicas, históricas, materiales, pitagóricas, masivas, nunca pero nunca de verdad subjetivas
cuando uno sienta el vacío, como un cáncer también atávico
[pero reciclado en la esperanza...
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