Borák, la bestia de las profundidades,
o el misterio de la pangea
“Los seres del exterior y los del interior
de la tierra vivieron separados durante
incontables
edades, y fueron diferenciándose
cada
vez más”.
“El
espanto de la cueva de Juan Azul”
Arthur
Conan Doyle.
Mucho
se ha hablado de Borák; que si es una bestia postapocalíptica adelantada, claro
está, a su tiempo; un monstruo antediluviano que sobrevivió milagrosamente a
las múltiples catástrofes naturales que seguramente ha experimentado el mundo
desde su formación,
o que es solamente una cruel creación de la ciencia moderna que se vanagloria
en sus logros y persigue, infatigable, el ansiado estatus de deidad.
Es enorme y nos asustó a todos cuando le vimos surgir de las
profundidades del océano, con su magnífica figura inconcebible para cualquiera
de nosotros, incluso para aquellos que gozan de una envidiable imaginación. Los
temblores fueron terribles, murieron millones y movió de tal forma las capas
terrestres que reubicó los continentes, hundió algunos y emergió nuevos.
Ahora
sabemos que la pangea tuvo su fin, y muy posiblemente su origen, en la voluntad
de Borák. La bestia salió a respirar y volvió a sumergirse por quién sabe
cuántos millones de años, hasta que vuelva a emerger y a crear una nueva tierra
y destruir casi por completo la anterior; dejará a las nuevas generaciones tan
asombradas y estupefactas como nosotros.
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