Una misma obsesión nos une a
los insectos tratándose de la luz
tomemos por ejemplo a este
mosquito
que se estrella obstinado
contra la pantalla de la computadora
ambos insistimos que la
radiación magnética tiene miles de
significados
y por ellos vale la pena
despedazarse la cara buscando
un destello
igual un luzainómano que
intenta resolver cualquier problema
está cazando el fulgor entre
charcos de noche
el recurso ante la
globalización
la respuesta al conflicto árabe
o a la ausencia de besos
por gracia de la luminiscencia
la agujeta está amarrada
Se necesita una vocación
tántrica o una desesperación casi humana
para buscar tan ciegamente la
luz
la pantalla: otro sol en
miniatura
y los que no escuchamos hablar
de Ícaro
confiscamos las nubes para
inhalar líneas enteras de luz
pensando en la cuestión
pero volviendo a la noche y al
mosquito
Aumento
el brillo de la pantalla el insecto termina de quebrarse
no
sé si esté satisfecho ahora que está muerto
ahora
que estrello mi cuarto metatarsiano
en
un filo cualquiera buscando igualmente la luz
basta
un acto concomitante para entender al mosquito
para
entenderme a mí
la
misma obsesión, la misma búsqueda de calor
eso
que orilla a los encandilados
a
engancharse del asfalto mientras admiran el cielo.
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