Expresión Libre
viernes, 31 de mayo de 2019
Víctor Hugo Medel Gómez
Hay unos segundos sin tiempo
Donde el reloj es liquido
Porque filtramos nuestras penas
Y recuerdos y sueños, hay un tiempo sin tiempo
Para aliviarnos de…
…esta maldita resaca producto de mi adicción a la realidad
Río / Jair J. González
Abrazarte de insomnes noches de los dos, hilar tu cabello en trenzas eternas y
descubrir en tus ojos la geografía de mis viajes perdidos.
Belleza claroscuro perecedera, y la desembocadura de la tierra de surcos carnívoros y
frutos líquidos.
Sentados a compases yuxtapuestos sobre el frescor del pasto raso.
Escuchar la embelesada melodía de la orquesta pulmonar de tus suspiros.
Sopesar las tuyas comparando el tamaño de nuestras manos, acariciándose mientras
nosotros miramos, el agua desnuda del río.
Desvestir tu pecho... y contemplar,
a pezones volando erizados como pájaros,
esponjándolos como brote de las flores, al paso de mis dedos...
Fluiríamos en vehemencias torrenciales:
Si las manos y las caricias y las miradas, fueran río,
Si
escapáramos… Sí, escapamos
como
solemos, a ocasionales realidades
para
bifurcarnos lúbricos,
como riego
de almas al caudal fluvial de nuestra vida
erradicando
el estiaje de nuestros ríos,
devorando el
hastío hasta bebernos
o perdernos
siendo el agua misma, tuya y mía.
¡Me cae! / Demetrio Ruvalcaba
Sí, güey, caí un rato en el
pintón, ¿cómo ves?... Apenas llevo unas horas libre, por eso no me habías
visto…Sí, barrio, me cae. No llevo ni un
día libre, palabra… ¡Oh! Si no me crees, es tu pedo… ¡Ya te dije que sí! Me guardaron tres años, cabrón. Voy a
creer que no te haya dicho ninguno de estos perros…
Pues, ya ves, güey, por la misma razón que encierran a todos: por pendejo.
Yo y el Garcés nos metimos a una de
esas tiendas de computadoras, juegos de nintendo,
“gemboys” y chingaderas de esas.
Sometimos al viejo en putiza, sin
necesidad de violencia, me cae; no quería pedos
y nosotros menos. Y hasta aquí todo bonito… Lo malo fue que aquel cabrón no
me avisó que iba a llevar a un compa,
para “tirarnos esquina”, pero solo vino a cagarla… Llegó todo cristaleado, acelerado y paranoico.
Trompeó al ruco nomás porque se asomó por la ventana… El Garcés trató de bajarlo de huevos pero no entendía y no entendía y
no entendió. El don se estaba asomando porque su doñita había quedado en pasar por él. Y cuando por fin llegó la
señora, encontró a su esposo en el suelo y a nosotros tumbándonos todo; pegó un pinche gritote que se escuchó por toda la plaza… Y, pues, el bato este, le
pegó un plomazo… ¿Dónde? No mames,
cabrón morboso, esas mamadas no se preguntan… en la frente… ¡sí, güey, me cae!
Y como traía una 22 la doñita no se murió luego, luego, no… se
le quedó viendo al Garcés “de clavo” y luego a su compa… ¿Yo? Estaba atrás, agarrando la merca en chinga. Salí corriendo, con las llaves de la troca, la feria y dispuesto a dejar a esos hijos de su puta madre… me cae.
Para mi mala suerte, siempre he sido pendejo
para correr: casi al llegar me tropecé con un pinche tope, de los morritos, los amarillos, y caí de pura geta. Me desmayé al instante. Desperté
en la Cruz Verde esposado a la
camilla… ¿Y el Garcés y su compa? La libraron... Por eso te digo: el pintón está lleno de pendejos, las lacras están afuera… me cae.
Pero, la neta, Puerta Grande no es como la pintan: es una ciudad, o más bien, un “bisnesote”.
Tiene de todo: gimnasio, canchas de fucho
y frontón, tiendas, fonditas,
cantinas, picaderos y hasta puteros… ¡Me cae, güey, no es mamada!
Nomás, como en cualquier lado, necesitas baro.
La
banda con billete vive en las mejores “habitaciones” del reclusorio: camas
“kingsais”, baño con “yacusi”, cocina
equipada, refri propio, tele, estéreo; ¡como si fuera un hotel, barrio! A esa
zona le dicen “Beverly Hills”. Ahí
guardan a los licenciados, los apalabrados, los narquillos y gente con paros. Pero si no tienes ni un quinto, como aquí tu servidor, te retacan con la perrada en el “Barrio chino”. Las celdas son chiquititas, las camas de piedra, el baño está ahí
mismo, meten como a treinta cabrones en cada una; es un pinche infierno…
Pero
no creas, ni tanto, la banda que es fiera
caga la verga ahí. Si llegas creyéndote el chingón, en breve te bajan de
huevos; pero, al fin y al cabo, siempre hay un gandalla… La neta me
agarró de su puerquito un hijo de su puta madre. Diario me la hacía de pedo por
todo, o me trataba de tumbar feria… ¡Claro
que tenía dinero! Si hay muchos talleres dentro, y aunque pagan una mamada,
mínimo estás chambeando; también puedes estar de huevón, total, ahí te dan de
tragar… A mí me jaló un sicario del
cártel que estaba entambado por
aventar unas granadas al hospital Colonias… Me pagaba una feria por arreglarle su cuarto, hacerle mandados, a veces favores
riesgosos; por eso la libré… Pero,
bueno, el chiste es que ese cabrón que te cuento, el gandalla, en una de esas se alocó y me malagueñó: me dio un madrazo en
la nuca y caí como santocristo; me
acomodó una chinga, que pa´ que te cuento… En eso llegó mi patrón con sus guaruras y me lo quitaron de encima… El
señor estaba festejando su cumpleaños con toda la familia en su “habitación” y
el desmadre les aguó el cotorreo; hasta
norteño traían… ¡Me cae!... En breve me levantaron. Al otro puto lo tenían bien agarrado. Y en eso, el patrón le dijo: “Bien pasado de verga con el morro; él es de
mi gente y a mi gente nadie la toca, mijo”. Nos soltaron a los dos y yo,
con todo el coraje guardado, le di la putisa de su vida: quedó sin dientes, la maceta le chorreaba sangre; uno de los guaruras le metió unos patines en las costillas que lo dejaron
medio muerto… ¿Y los puercos? Pues no
hicieron nada, nomás ver. Al final me tuvieron que llevar a la enfermería
porque me madree los nudillos; el
otro güey se aventó un mes. Cuando salí, el patrón me hizo una comida. Yo
estaba bien “sacado de onda”, pero le di las gracias por todo. Me preguntó
dónde vivía y a lo que me dedicaba antes de caer aquí. Dijo que cuando saliera
iba a tener chamba segura, porque él
se iba a encargar ahora del desmadre en las calles… Uno de sus licenciados
revisó mi caso y se dio cuenta que ni siquiera me habían dado condena: seguía
“en proceso”. Y de ahí se agarró para ampararme de todos los cargos… Al final
salí por falta de evidencias… Y por eso estoy aquí, barrio… Entonces, dime
¿cuántas piedras vas a querer?
Te busqué / Jehiel Mizraim Téllez Velázquez
Para Yolotli
Peña Reyes
Te busqué entre las sábanas al
amanecer,
por el vorágine de las calles al
atardecer,
en el susurro del viento, tu nombre
se perdió.
Bajo el crespúsculoperseguítu
sombra,
desvaneciéndose entre callejones
solitarios
y callejuelas sin salida de una
novela de Alan Moore.
Te busqué entre las líneas de
Gabriela Mistral,
de Nicanor Parra, de Papasquiaro e
incluso
de Octavio de Paz.
Cuando te encontré en una novela
de Di Benedetto volviste a
desaparecer
entre las palabras de un cuento de
José Martí.
Te busqué entre la correspondencia
de dos amantes,
te vi en un cuadro de Picasso,
te desvaneciste en un sueño de Dalí.
Te escuché entre la estridencia de
Stravinski,
en la pasión de Wagner te volví a
perder,
para encontrarte en un cuadro
Pollock
y verte ausente en un retrato de
René Magritte.
Susurraste en la Bohéme de Puccini,
cantaste junto a Carmen en esa opera
de Bizet,
quedando atrapada en las tragedias
de Sófocles,
escuche tu risa en una comedia de
Aristófanes.
Desapareciendo en las tonalidades
blanco-negro
de una película de Chaplin.
Volviste a color en una tragicomedia
de Wody Allen,
Arrojaste tú cuerpo al vacío junto a
George Bataille.
Y entre estas palabras te rescaté
musa de expiración e inspiración.
Ser uno / Alejandro Farías
con el flujo del vuelo
desdecir los presagios
y empatar con tu cuerpo:
que es el pulso del mundo
el baile en el andén,
del puerto.
Ser uno
con tu voz de helecho:
palpitación en el sueño
que nos habla
con las olas
de la cadencia
del cuerpo
nocturno.
Ser uno
a la tierra
donde repta tu silencio
de abrevadero infinito.
Ser uno
dentro del volcán indómito
que es marea que leva
y baja el ancla
al suelo de musgo
que es el
aire
que crea
tu mirada.
Ser uno
con el sonido
que emite la vida
cuando tú caminas…
Cinthya Patricia Rodríguez
Ellos y su
necedad de activarme cuando el descanso llega
Como si mi
realidad no supiese que el portal abrió sus puertas
toda la noche
intentando llevarme nuevamente al viaje astral
donde me pierdo
cuando la luz multicolor encandila mis ojos adormecidos.
Vienen como
portadores de mensajes nuevos.
Nada en
retroceso... Todo extraño e inexplicable.
Mis dudas
escondidas donde viven y reposan mis ancestros,
Los códigos
siempre diferentes, como si quisieran descifrarme nuevas cosas.
Yo tan
vulnerable
Tan genuino
Tan frágil a su
tacto.
Me arropo entre
las cobijas del frío,
Ese que desde la
niñez me refresca la memoria.
Otra vez mis
sueños...
Los sentimientos
juguetones que me crean confusión.
Una Luna
amarilla encendía en Plutón como testigo,
La mirada firme
de un Tecolote
Un silencio gris
a lo lejos...
El viento
soplando palabras de humo
Mientras un
corazón de cáncer intenta reposar.
Sueño profundo / Jesús Alfonso Silva Iñiguez
Cuando llega el
momento de pernoctar
Regularmente mis
sueños son livianos casi imperceptibles
Tengo conciencia
de ellos minutos después de despertar
Pero se
desvanecen al poco tiempo
Sin que sea
capaz de recordarlos el resto del día.
Pero hay algunos
sueños que se quedan grabados en mi mente
Que no se van,
en los que el recuerdo es tan vivido
Que pareciera
que los acabo de vivir
Son ideas
inquietantes.
En esos sueños
pasan cosas que no puedo controlar
O cosas que me
causan una preocupación profunda
Son esos sueños
los que nos tratan de revelar
Los secretos de
la vida como despertando de una meditación profunda.
jueves, 30 de mayo de 2019
La Cazería.../ Exyquío Sabino y Salazar
Se
había abierto la caza y comenzaron a matarnos a todos. Los cazadores estaban
por todas partes. No había escapatoria. Estaban en los edificios y en las
cornizas de las azoteas; estaban en las iglesias y en la presidencia municipal.
Estaban también bajo tierra, en las alcantarillas, y sobre las copas de los
árboles y escondidos tras cada esquina. Estaban disparando a diestra y
siniestra, a niños, mujeres y hombres, a ancianos que apenas podían caminar, a
gordos y viejas reumáticas y achacosas, a niños mimados y niñas malcriadas, a
jóvenes envalentonados y a los débiles que lloraban.
La cazería se
declaró un día de verano y para el final de ese año la población había bajado a
menos de la mitad. La cazería continuaría hasta que no hubiera nadie más. La
cazería era lo unico y los humanos ya no teníamos cabida en el mundo; había que
esconderse, huir, pero ¿a dónde? Los cazadores estaban en todas partes; estaban
en los ríos y en los bosques, en las selvas y en los desiertos, en los oceanos
también estaban. Montaban elefantes en áfrica y leones en la sabana; los mares
los surcaban navegando tiburones y los aires los dominaban sobre enormes
buitres y cóndores. Estaban en las cuevas y en los cenotes, en las grutas y en
las cascadas; también estaban en las madrigueras y en las colmenas y en las
torres de vigilancia de los guardabosques que ya habían muerto en la cazería.
La cazería es lo
que hay y no se acabará hasta que deba terminarse. Se declaró la cazería y
comenzaron a cazarnos a todos; ahora sólo es cuestión de tiempo para que todos
seamos cazados y disecados.
martes, 28 de mayo de 2019
Hace mucho no la veía sonreír así / Luis Mario
Tiene una
mirada de encanto perpetuo y furia discreta guindando entre el silencio y
palabras de consuelo. Un brillo singular atraviesa el umbral de su quietud, es
una idea incandescente, Un relámpago estridente que contempla la pelea entre lo
mundano y lo extraordinario. Una memoria difusa para esbozar una sonrisa, o un
silencio pausado para lacerar con improperios lo que está mal en el mundo. Cráteres en las mejillas que despertarán, y
en el medio un torrente escarchado.
Seguramente algo le ha estremecido, sus ojos lo gritan, Desde el fondo
de ese torrente el bosquejo de una carcajada que llevaba años dormida extiende
su canto para embelesar penas o amarguras y cambiarles el semblante. Temía por
su voz diáfana que se esforzaba por ocultar los estragos en un silencio capaz
de desgarrar pero que se quebraba por su sinceridad, me sentí honrado y
culpable a la vez. El mundo que la contempla maravillado, se encuentra
consternado sus propios encantos están peleando por su atención porque en el
instante que sus ojos queden expectantes, se olvidará de lo ordinario, temen
los habitantes de ese mundo en crisis por su vida intermitente y ruegan al
tiempo les dé otra oportunidad, El mundo se resquebraja esperando que la
incertidumbre como remedio les devuelva su quietud, sólo entonces recordará
que hay más cosas afuera, un mundo al que maravillar con su presencia
en él. Yo sólo espero ser sobreviviente y se me permita contemplar ese
espectáculo una vez más sobre un páramo jadeante. En realidad, el mundo avanza
con indiferencia siempre, tal vez no se termina con la indiferencia de una
persona, hay quienes no la conocen, supongo, pero es que hace mucho no la veía
sonreír así.
domingo, 26 de mayo de 2019
Manuel Rayas
Saliéndonos de
lo establecido, hurgando en los límites de las apariencias acaso nos
preguntamos un día ¿qué somos? Una roja aseveranza apareció por tu frente,
luego, abocada por efecto del enrojecimiento ilícito de la pregunta, quisiste
contestar, blandiendo los epílogos: de todos los amores de la historia.
Gesticulando sorpresa por sentirte a contragolpe verbal.
Nada parecía
más desdicha en la dicha. Tú, abriendo más los ojos, mitificantes templos de
laca, conociendo el silencio de los silencios, perpetuando las células del
instante, petrificante…petrificada.
Yo, absorto en
las constelaciones oculares, obrando desde Horus y los arcanos; conocí tu luz,
tu sombra, tú.
Yo, absorto en
las constelaciones oculares, vi nacer un río en Ra. Un trazo de la piedra
estelar tejiéndose de agua.
miércoles, 22 de mayo de 2019
Eli / Ma. Guadalupe Martínez Bernal
Nadie la hace temblar
cuenta los barcos que pasan
Neruda la sulibeya.
Hesse la transformó.
El piano un remanso para su rutina.
Lectura sin discriminación.
No come nada en la calle.
Sigue el
sabio consejo de su madre
ella un par parió:
Ángeles y
Mares.
Hoy disfruta el Derecho.
Max compañía fiel.
Recita la luna de Lorca
Instruye a su sobrina.
De puebla a Coatzacoalcos
De Coatzacoalcos a Puebla
Periódicazos en vez de besos.
Eli en diminutivo me gusta
lunes, libros, labial, lírica…L
martes, 21 de mayo de 2019
Mediotiempo / Paul Carrillo
Apenas la verga se
erguía encandilada
ya la vida iba
adquiriendo el tono de una fotografía
estaba el mundo o
lo que creía ser el mundo, apretado todo
en una escuela
secundaria
tengo 14 otra vez,
estoy asustado todavía no sé quién soy.
Tengo 14, orinar
afuera de la taza me sigue pareciendo
un proyecto
político
nadie me advirtió
de la sublevación interna
esa interminable
lista de ídolos muertos: las flores y los edificios
cayendo en el
estómago.
Hay una riña en la
cancha de futbol: vuelan mis puños en pañales;
revientan, se
amontonan a otros puños temblorosos
intervienen
entonces dos ángeles uniformados: una de ellas
Laura o Mariela,
se acerca, limpia mi rostro ligeramente sangrado.
Tengo la verga
endurecida por Marta o Graciela, y me siento
un sayayin
enamorado
trazo a los 14 mi
futuro: el árbol, la casa
la entonación de
los ladridos del perro
una serie de días
frente a la chimenea que no llegarán nunca.
Ahora Laura o
Graciela debe estar triunfando, llorando
al escuchar una
canción, comiendo galletas
a la espera de un
taxi en otro mundo
sin recordar mi
sangre y su metáfora: la febril corriente
que respaldaba
aquella tarde la erección y mi nariz golpeada.
Años después,
sobre las montañas de escombro de aquellos veranos
tan dulcemente
desperdiciados
pienso desde lejos
en la posibilidad extinta
eso que hubiera
sido
de calcarse en el
presente aquella tarde al mediotiempo
si árboles,
familias, perros al lado de otros yos se cuestionarían
por mí, ese otro
resultado del partido.
Congelada
en pospretérito Laura o Mariella, sus inalterables 14
en
esta fotografía y el tiempo: árbitro de todo encuentro
ejercita
la clausura de las posibilidades, inaugura también
establecimientos
museos
en los que no seré más que otra salida de emergencia.
lunes, 20 de mayo de 2019
Donde va / Saturnino Ruiz Roque
Soneto 13
Dónde va,
¡mi larga cabellera oro de trigo!
Entró al corazón razón, ¡volvió al amor vacío!
La melancolía, surgió y tú no estás conmigo
Perdió su encanto las aves, estrellas y el río.
Tu presencia, ya no miré y estabas ¡ausente!
Contemplé solitario, ¡luz de eterno universo!
Lo sentí tan distinto al faltar tú, ¡diferente!
Pero hundí mis sentimientos, por el tiempo adverso.
¡Sumergí exquisitas flores y extensos paisajes!
Todo aquello, ¡que se adornaba en ti en dulce
encanto!
¡Que en monotonía al tiempo y amigo del viento!
Cuando sonreías, probando mieles y viajes
El mar, ¡abrió brazos helados y ahogó mi canto!
A eternas alturas, ¡solo Dios, sabe que siento!
sábado, 18 de mayo de 2019
Sophie Smawley
Puedes llevarte la de
manga corta o la de manga larga
cuando esté en tu casa
será una cosa más tuya y la otra una que no existe.
No nos preocupamos por
las cosas que no existen.
Cómo quieres ser
inmortal si no puedes con tanta contradicción en ti.
Alguien de 100 años no
dirá que le ha dado la vuelta a los números aleatorios del universo.
Fluyen las manos, fluyen
las almas de mismo volumen pero diferente forma, se deslizan por mi superficie
mientras que tú abres la
carne.
Estabas tan cerca, mis
palabras no debían alterarte, palabras para que hicieras.
Dime cómo vuelvo.
No le dejes a alguien
más todo lo que lograste después de los malos momentos.
El extranjero fue
llevado por la corriente a su muerte
El empresario acciona
antes que alguien más lo haga.
Que el tiempo fluya
Nací para no perder lo
valioso
Crecí para evadir
“Muchas cosas se
quedaron sin entender”
“No recuerdo que no
entendía.”
Se la evidencia del recuerdo.
viernes, 17 de mayo de 2019
jueves, 16 de mayo de 2019
Algo de U... / Vocaur
Algo de mí se te perdió.
Algo incompatible con nuestra historia.
Algo turbulento.
Algo como plegarias de cantos a las mil voces primaverales.
Algo de tu.
Algo de mu.
Algo de nu.
Algo de du.
Algo dulce, matinal y palpitante.
Algo divino.
Algo sentimental y desbordante.
Algo devorador, como llamarada de amor;
como de cabellos de ángel cruzando el cielo nocturno.
Algo murió...
Algo de tu.
Algo de mu.
Algo de nu.
Algo de du...du...du...
Algo incompatible con nuestra historia.
Algo turbulento.
Algo como plegarias de cantos a las mil voces primaverales.
Algo de tu.
Algo de mu.
Algo de nu.
Algo de du.
Algo dulce, matinal y palpitante.
Algo divino.
Algo sentimental y desbordante.
Algo devorador, como llamarada de amor;
como de cabellos de ángel cruzando el cielo nocturno.
Algo murió...
Algo de tu.
Algo de mu.
Algo de nu.
Algo de du...du...du...
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