Saliéndonos de
lo establecido, hurgando en los límites de las apariencias acaso nos
preguntamos un día ¿qué somos? Una roja aseveranza apareció por tu frente,
luego, abocada por efecto del enrojecimiento ilícito de la pregunta, quisiste
contestar, blandiendo los epílogos: de todos los amores de la historia.
Gesticulando sorpresa por sentirte a contragolpe verbal.
Nada parecía
más desdicha en la dicha. Tú, abriendo más los ojos, mitificantes templos de
laca, conociendo el silencio de los silencios, perpetuando las células del
instante, petrificante…petrificada.
Yo, absorto en
las constelaciones oculares, obrando desde Horus y los arcanos; conocí tu luz,
tu sombra, tú.
Yo, absorto en
las constelaciones oculares, vi nacer un río en Ra. Un trazo de la piedra
estelar tejiéndose de agua.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario