Expresión Libre

martes, 23 de julio de 2019

Un fume de atrás tiempo / Jesús Alfonso Silva Iñiguez





Llevaba tiempo soportando a mi supervisor de la casa de empeño, el compa al que me refiero era una patada en los huevos siempre me estaba mal vibrando, no me decía como hacer las cosa y luego se paraba el cuello regañándome frente a los clientes. Era un día atareado en la casa de empeño dando patadas en el culo por las pendejadas que me llevaban a empeñar y me estaba arriesgando porque ni eso valía lo que me llevaban los húngaros.  En el momento de más trajín a don Cagastian  se le ocurrió ponerse nena y empezar de lucidito con los clientes y me dijo:
-          Wey, pon el código.
-          No me sé el código.
-          Estás bien pendejo ni los pinches códigos te sabes.
-          ¡A mí no me estés pendejiando cabrón, vas y chingas a tu madre! siempre andas de pinche lucidito cuando están los clientes.
-          Cálmate, wey, no es para tanto.
-          ¡Ni madres puto, sigue chingando y te voy a romperla madre!
Cagastian estaba paniqueado porque nunca me había visto encabronado, pero ya me tenía hasta la madre y decidí que ya estaba bueno de pendejadas, minutos más tarde fui al baño y sopló la rosa de Guadalupe o no sé qué pedo, pero en el baño encontré los cigarros de Cagastian justo cuando terminaba de cagar y dije de aquí soy y procedí a pasármelos por el culo cuidando de que no se vieran manchas de cagada muy visibles, terminé de pasarme uno a uno los cigarros y espere mi momento de redención. Vi como uno a uno se los fumaba y me decía:
-           Saben poquito raro los cigarros.
 A lo que yo le respondían:                                                                                                    
-          ¡Me vale madres tus pinches cigarros, ojala y te de cáncer!    
Resistí estoicamente el día sin reírme, pero llegando a la casa le conté a mis compas el Mayo y el Piccolo, que casi se mearon de la risa cuando les conté, pero ya no me dejan estar cerca de sus cigarros, ahora Cagastian debe de tener cólera espero y eso lo mantenga un rato lejos del empeño para yo poder seguir arriesgando con los cinco pesos y un zape que les pienso dar a los húngaros por sus prendas.

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