Expresión Libre

domingo, 28 de julio de 2019

Sísifo / Paul Carrillo


un libro para colorear



Obligado a rodar por la pendiente mi cabeza petrificada
hoy voy a hablarles de trofeos, no de castigos
cada vez que no hemos sido
que no hemos ido
cruza decepcionanda el cielo
un águila dorada
puentes se derrumban con el batir de sus alas
cayendo encima de las posibilidades
es cierto que estamos condenados a elegir
pero antes de que suceda
sería prudente buscar pájaros entre las nubes
besar el camino que hemos abandonado
pues esa es nuestra única conquista
elegir no elegir o elegir la elegía.

jueves, 25 de julio de 2019

Víctor Hugo Medel Gómez



Envidio al árbol por que no piensa
Por eso olvido que yo pienso
Pero a veces olvido olvidar
Y entonces recuerdo que yo soy persona
Y como el árbol
Yo tengo raíces en esta tierra


miércoles, 24 de julio de 2019

El anhelo / Ma. Guadalupe Martínez Bernal


  


Tranquilidad al natural
Alfombra seca al bambú
Paz eterna al agua vital
Rojo, blanco, rosa al amarillo
Aromas nacarados al éxtasis

Tres lustros por renovar
Invernadero artificial por refugio
Colombia y Oaxaca por hermanos
Comunión, pasión por emoción
Flor de centro por alargado

Sin molestias lo que causa placer
Purifica el alma lo que limpia maleza
Respira humedad lo que saborea ilama
Orquídea tímida, sonriente lo que perfuma
Columna de caña lo que generosa

Achiote reinante y florea
Huevos de buey y carmesí
Limones dulces y naranjas agrias
Lluvia refrescante, vapor convertido y nube
Piedra verde infinito y risas.

Blancura sabia con Aurora lúcida
Rupestre testigo con pedrusco respirando
Orquesta con corriente imparable
Atoyac con historia infinita
Composta de anturios con tulipán de la India.
No negros
No morados
Anhelo cristalizado…


martes, 23 de julio de 2019

Un fume de atrás tiempo / Jesús Alfonso Silva Iñiguez





Llevaba tiempo soportando a mi supervisor de la casa de empeño, el compa al que me refiero era una patada en los huevos siempre me estaba mal vibrando, no me decía como hacer las cosa y luego se paraba el cuello regañándome frente a los clientes. Era un día atareado en la casa de empeño dando patadas en el culo por las pendejadas que me llevaban a empeñar y me estaba arriesgando porque ni eso valía lo que me llevaban los húngaros.  En el momento de más trajín a don Cagastian  se le ocurrió ponerse nena y empezar de lucidito con los clientes y me dijo:
-          Wey, pon el código.
-          No me sé el código.
-          Estás bien pendejo ni los pinches códigos te sabes.
-          ¡A mí no me estés pendejiando cabrón, vas y chingas a tu madre! siempre andas de pinche lucidito cuando están los clientes.
-          Cálmate, wey, no es para tanto.
-          ¡Ni madres puto, sigue chingando y te voy a romperla madre!
Cagastian estaba paniqueado porque nunca me había visto encabronado, pero ya me tenía hasta la madre y decidí que ya estaba bueno de pendejadas, minutos más tarde fui al baño y sopló la rosa de Guadalupe o no sé qué pedo, pero en el baño encontré los cigarros de Cagastian justo cuando terminaba de cagar y dije de aquí soy y procedí a pasármelos por el culo cuidando de que no se vieran manchas de cagada muy visibles, terminé de pasarme uno a uno los cigarros y espere mi momento de redención. Vi como uno a uno se los fumaba y me decía:
-           Saben poquito raro los cigarros.
 A lo que yo le respondían:                                                                                                    
-          ¡Me vale madres tus pinches cigarros, ojala y te de cáncer!    
Resistí estoicamente el día sin reírme, pero llegando a la casa le conté a mis compas el Mayo y el Piccolo, que casi se mearon de la risa cuando les conté, pero ya no me dejan estar cerca de sus cigarros, ahora Cagastian debe de tener cólera espero y eso lo mantenga un rato lejos del empeño para yo poder seguir arriesgando con los cinco pesos y un zape que les pienso dar a los húngaros por sus prendas.

lunes, 22 de julio de 2019

A cambio de su inmortalidad / Luis Mario




Con trazos en los brazos anhelaba la eternidad, la demencia seria herencia de una vida terrenal, deshacerme quería de prejuicios y manías perpetuando la conciencia en un lienzo matinal con el permiso de la cadencia humana antes de poder olvidar. 
Entusiasta tomado de la mano con la errática punta de carbón me creí con el don de la creación en una suerte de halago.
Mi frustración crecía la ilustración se ennegrecía con el pasar de mis manos en su esquela sombría. las sombras quedan disueltas en matices de mala memoria tal, que resulta irrisoria la forma como esos garabatos se han apropiado de alguien real.
 En medio de la arrogancia de creación y una cordura obnubilada una caudalosa cabellera me laceró la muñeca, era la reducción supongo, de una memoria estética y una mano torpe que siendo frenética deseaba domarla, tomarla y convertirla en algo más.
  Veía en ella ojos fríos y lágrimas congeladas no había emoción en su rostro, el precio suponía que se quedara para siempre pero conforme me perdía en sus ojos abismales quise arrancarme la sonrisa que me provocaba que poco a poco se pareciera a ella.
 Comienzo a imaginar cómo sus mejillas se han ruborizado con el roce de los lápices entonces su silueta reclamada por la libreta se quedó en la intimidad.
 Sus labios trémulos teñidos de grafito reprendieron con susurros inentendibles que no les diera una voz.
Quise ser pregonero de las pasiones tener vocación para las invenciones, pero te prefiero real, Paradójica osadía al final Por darle voz al resultado de una dedicatoria mis razones nos las pude pronunciar.
Tal vez me enmudecí en realidad porque la memoria no alcanzaba a dilucidarte y disuadirte que la de la hoja no eras tú en realidad, todo cambio cuando la sonrisa que le hacía falta se dibujó en tu rostro, aunque costó su inmortalidad.

domingo, 21 de julio de 2019

¡Qué difícil el abismo de los cuerdos! / Nancy Alvarez




Toda luz es oscuridad,
Las palabras, presas en la mente, sucumben,
Son pálidas imágenes vívidas,
Ensoñaciones racionales,
Encuentros entre vidas.

¡Qué difícil el abismo de los cuerdos!

Realidades ocultas nos persiguen,
Somos espías entre mundos y lo que miran los ojos
Ni las manos, ni la boca
Ni el cuerpo lo transpira.

A veces, inertes, nos escurrimos entre sombras
Y cortinas y nos miramos en el espejo
Desde una rendija.

¿Qué hay de malo en la cordura de un loco?
¿Quién dice que es real lo que nuestros ojos miran?

sábado, 20 de julio de 2019

Entendí / Rafa Parra





El velo del ego agoniza,
¿te das cuenta?
Las brujas nunca nos fuimos,
la danza con el diablo
es el arte de vivir fuera de prejuicios,
las esquinas y los cuadros los números
y las etiquetas intentaron ocultar la Luna.
Decidí escuchar al humo,
Me enseñó a ver pues sin ver te pierdes dijo,
me dijo anda y caminé  por senderos nuevos
entendí que soy el universo
que todo y todos son un reflejo de mí
no hay nadie no hay más que yo,
y que jamás moriré,
que mi experiencia es humana en esta encarnación
y que siempre habrá más.
Entendí que no te enamoras
pues tu ser ama a todo,
y que querer es un deseo
y que todo deseo conlleva al dolor
pues son caras de la misma moneda,
entendí que mi mente no soy yo
y que mi ser es inconmensurable,
que las etiquetas no son más que limitantes
pues niegas lo que puedes ser,
y aún que parezca fantasía estamos dentro de la matrix
no en su forma literal de la interpretación cinemática
pero la alegoría es sin duda evidente a la realidad,
la matrix  está en el estado físico, psicológico,
emocional, y espiritual.
Recuerda lo que nos dijo el humo:
primero aprende a ver si no te pierdes
y divagar sin rumbo es desperdiciar cada encarnación
para llegar a ser one love.

viernes, 19 de julio de 2019

El cazador / Manuel Rayas




Está mirando por su catalejo cósmico, el anfiteatro de la escena, solo en su penumbra brilla, su respiración, detenida como una nube, que da sombra y se eleva para precipitarse en el momento preciso.
La única pauta que acelera los músculos es: la redentora acción del paisaje. Bucólico mirar. Santa adicción de muerte.
En el correr de la sangre, el disparo absoluto viene y va como un mar incontenible; como una esfera de vidrio que al caer solitaria, esparce su última fuerza en fragmentos.
Una orden litúrgica celebrada por anatema en el secreto arbóreo de la mirada. Es el huerto que por aire y desaire liebre busca cotejar. La liebre salta por el monte se hunde en su habitación (única morada de los hombres también).
El disparo es como un vaho de hielo que se pierde en la oscuridad. El cazador despierta.

martes, 16 de julio de 2019

MIENTRAS VIVA / Saturnino Ruíz Roque



“Soneto” 12


Si a la luz de tus ojos, hay soles de universo
Y a tu cara angelical, toca una onda dorada
Y se estremece el cielo en tu cutis, joven, ¡terso!
El viento besa, ¡tu corazón al mío! ¡disperso!

¡Cuántas veces! contemplé en turbia soledad, ¡tu alma!
¡Tan distante y a la vez cercana con la mía!
¡Azotaste un mar rodante y yo la arena en calma!
Que bebí en tus virtudes, de mujer que dormía.

¡Oh amada mía a tu voz de angelical jilguero!
Escuché, tantas veces en sueño, ¡mi alma y mente!
Cada cosa, ¡que existe habla de ti y en mí aviva!

La llama de amor, que envuelve lo sutil, ¡austero!
Mi ser clama, ¡tu presencia apasionadamente!
Por eso, jamás te olvidaré, ¡mientras yo viva!

lunes, 15 de julio de 2019

Debería 8 / Vocaur




Debería oler tu pelo,
pararme a media luna
y morder la noche.
Debería perderme entre tanta gente,
entre tanto ruido
y llorar por ti...
mi alma en paralelo,
equidistante.
Debería llorar por mí...
engendro maleficus,
recuerdo de risas de agua,
de sueño impaciente de brazos que fuimos,
progenie satanae...
condenada al exilio,
a la concupiscencia en este sistema caído.
Debería arrancarte las carnes
y escupirlas sobre Regulus a media noche.


viernes, 28 de junio de 2019

Jesús Alfonso Silva Iñiguez




Te estás despidiendo desde hace mucho tiempo,
Sé que no te quieres marchar
 Aunque salgan de tu boca esas palabras
Yo solo espero la noticia
Se me rasgarán los ojos
Te pensaré cada momento
A partir del día marcado
Ya no podré  visitarte
Ni te pasaré cervezas de contrabando
A poco me sabrán las décadas que nos dieron
Para estar juntos
Aun estás pero te veo soltar
Cada día más lo cotidiano
Ya no estás para el día a día
Lo que quieres es avisarnos
Que nos veremos luego
 Mientras tanto no sabré aguantar la espera.

jueves, 27 de junio de 2019

Jair González



Asunción de los excesos de un hombre antes encerrado. Fumar dos cigarrillos en tiempo predilecto para sólo uno, beber café tras café sin enjuagar los riñones, tararear la misma melodía por horas sin conteo, engullir en tu boca el bocado gigante, sobrepasando las dimensiones orbiculares, defecar en indefinidas ocasiones, ignorando al esfínter, merodear por la casa de quien amas, exasperado y derrochando pasos sin cordura, traficar sustancias, con la soberbia de la codependencia olvidada y terminar por consumirlas, permanecer adherido a tu madre, imaginando nunca haber sido parido, correr y correr, padeciendo envidia contra el cansancio desconocido, coitar por mera competencia de una hombría que nadie califica, ahogar las plantas al regarlas, pensando retrógradamente que el agua es eviterna, zambullirse bajo el agua, respirando para sentir la premortouria huida al limbo, esperar por horas en cualquier lugar y no entender qué es lo que esperas, viajar deseando nunca volver, y regresar frustrado por insatisfacción natural del quien viaja, morir cada día al paso atemporal del tiempo, resguardando una niñez esfumada, aborrecer al médico que trata tus enfermedades destruyendo tu cuerpo, tentar y tentar, abusando del tacto, hasta perder la sensibilidad en las manos, leer a ratos, encondiéndote de los anteojos y quedarte ciego todo el día.
Asumidos placeres del exceso.


miércoles, 26 de junio de 2019

El circo del mono-humano / Jehiel Mizraim Téllez Velázquez





Gris nocturno en safari-circo
Un trapecista balanceándose con la muerte, cuan danza macabra
Jugando a la trascendencia
Un payaso triste riendo de fondo
Cae hacía el delirio multicolor
De una cara relamida por la fantasía
Mientras un domador/de características simiescas
Exhibe al desnudo al mono-humano
Coloso de la razón
Esa bestia enmascarada
Domesticado al fin por el tiempo,
-los espectadores miran sorprendidos-
Muy pocos habían visto a uno de tan cerca
Que aun conservara todos sus dientes
Era un ejemplar masculino de edad desconocida
Incapaz de levantar la mirada
Por su joroba, que a bien le condenaba
Sus testículos se exhibían,
En alguna otra parte del Mediterráneo
Como el trofeo de un cazador
“otro humano castrado”
Fue la única solución que encontraron los simios
Después de la última gran guerra
Para evitar que se propagara su descendencia
En otros atardeceres
En otra realidad
El mono-humano metería su mano entre afiladas garras
Pero no era el caso
¿Cómo era posible que aquello hubiera dominado en otros tiempos?
Muestra sus cadenas
De un momento a otro se libera,
La multitud queda anonadada
Se estremece con sus movimientos
Que en un inicio parecen violentos
Alguien grita, pero el mono-humano
Agacha la cabeza y cruza el aro de fuego
Doblegando así su voluntad
Quizá el único rasgo de humanidad
Que aún podría conservar
Para convertirse en el morbo social
Consagrarse como el hermano menos evolucionado
Aquel que se extravió en el camino de Darwin
¡Otro ilustre olvidado!
Igual que un dios sepultado
Uno tras otro
Y otro…
Y otro…
(la tecnología para la castración
Siglo XXII la mitad de la población
Incapacitados por la técnica
Y el resto en desnutrición
O matando
Así es la muerte
Utilizada como moneda de cambio)
El domador agita su látigo
Obliga a sentarlo
-Alguien, un niño, le arroja un cacahuate-
De su grandeza sólo quedan las leyendas de otros inviernos
Algunas ruinas, más bien laberintos sin sentido
Sin cristales, sin miras,
Queda lamer sus heridas
Al tiempo que se prepara para volver a salta el aro de fuego…

martes, 25 de junio de 2019

Luis Mario Chávez Aceves



Enardece errante cenicero, toma cuanto vicio te corrompa la cordura. Con ojos de universo contempla el libro maligno de la eternidad, fenecerás soldado de arena y hueso pulverizado. Piel calcárea, piel vívida y cuerpo maldito calcinado por la iracunda combustión espontánea de silencios lacerantes. Hombre del polvo, hombre de nada, de pertenencia anhelada y nunca alcanzada, vives una guerra interna con el cuerpo y la almohada, se atan los espejos húmedos en la cara de la luna, y lo tórrido se vuelve horrido sin desahogo. Desempolvar la cara es desdibujar la sonrisa que le das a la inocuidad de no moverte, el letargo se cierne sobre la fantasía y fabrica su propio punto de quiebre. Revientas y quieres besar la nada como agradecimiento a no caer desmayado, inventas amasijos de carne les pones nombre y fecha como si concebir se te diera, despiertas e imaginas lo desierta que es la carne, la podredumbre por debajo de una tierra que es de nadie y quisieras nutrirla con torrentes invocados por danzantes suplicantes que han frenado su última gota de sangre para que libremente la voluntad de otro, divague. Salvarte, mejor menospreciarte, personaje de arcilla en un mundo de hostilidades, un mundo de fantasía que se burla de los mortales, sus pupilas dilatadas por magníficas obras de arte, sus parientes encadenados por seres pensantes. Creaturas inconclusas, creaturas ignorantes se clavan libros cómo estacas al cuerpo, rompiendo su ilusión de mortalidad con razonamiento. Encadenado a placer, descrito nunca experimentado, su tactilidad en la cabeza, arañando el tejado sus manos en el fuego imaginando lo prohibido. Incapaz de tocar su propio cuerpo a juzgar por el desdén que siente su piel, ennegrecidas o pigmentada, manchada o condimentada piel muerta disuelta en el aire es vida de cuerpo reflejo. Mirando de lejos un guiñapo que envejece con los años, quisieras ser sonrisa perpetua o una lágrima que toma vuelo fuera de estas cuatro paredes de arrepentimiento que conservan la piel con un semblante perfecto mientras extraña lo que es necesario y ve ajenas sus entrañas. Cuerpo lamento que seas sólo para mí, imaginar más no puedo, la intimidad no es lo mío, y tú pronto ya no estarás aquí.

lunes, 24 de junio de 2019

Coatzacoalcos / Ma. Guadalupe Martínez Bernal



Ciudad con base Olmeca
Trazos de sus calles “Ciudad de las Avenidas”
Zanates muchos van y vienen
Al vuelo la tarde del  parque Independencia
Coco, río e industria
Olor a  marisma, elotes, mariscos
Altar de Quetzalcóatl
La llave del sureste
Corona de carnaval,  Guazacualco
Origen en Barragantitlán
Siempre serpiente emplumada.

Verde flora que destella,  colores salpicados
Palmeras esbeltas, solitarias, centinelas.
Río compañero y testigo 
Almendros tapizan el paisaje
Cruz, Villa, Espíritu Santo
Ribera histórica, escalinatas lejanas…
Puerto custodiado por San Martín y Santa Marta
Calle Zaragoza principio y fin.

La perra negra / Manuel Rayas



Se esconde entre los fierros del taller para que nadie la encuentre. Mari la busca para darle su pastilla: antibiótico. El mundo le ha fallado a la perra, sabe que el dolor está cercano a la muerte; que horadaron su carne para cocerla puntada a puntada.
Se perdió toda fertilidad. Ya no quiere un contacto con nadie. Simplemente no hay deseo.
Huye de toda palabra-negra, negra- su soledad es tan acusante que incluso, tapa sus ojos con sus pequeñas garras.
Mari sabe que es necesario el antibiótico porque mata microorganismos.
Destruye la incubación de los gusanos, expulsa sus cenizas del tiempo.
Por más llamadas que le hagan, la negra se vuelve sobre sí misma .Entiende que en la soledad está lo que uno es definitivamente.
Aunque solo se trata de abrir el hocico y tragar una píldora; la acción más sencilla requiere del mayor sacrificio: traga pastillas, traga el mundo, traga su voluntad. La han quebrantado por la fuerza.


sábado, 22 de junio de 2019

Sueños de cantoya / Nancy Álvarez





La primera vez que alguien me preguntó qué quería ser de grande tenía cinco años. ¡Qué pregunta tan absurda! ¿Qué puede querer ser un niño sino un niño y nada más? Honestamente, no recuerdo qué respondí, pero mientras los demás querían ser médicos, ingenieros, abogados o maestros, yo sólo quería saber qué hace un médico o un abogado o cómo sabes que quieres ser esto o aquello cuando-a esa edad-ni siquiera sabía qué colores elegir para hacer mi globo de cantoya.
Morado o azul o blanco o los tres colores a la vez ¡qué difícil decisión! Cortábamos el papel de china por la mitad, intercalábamos los colores elegidos y los íbamos pegando con “resistol”. -¿Qué quieres ser de grande?- Cortábamos una botella vacía para hacer la mecha.- Grande…grande…eee…- Entre todos sosteníamos el globo, lo alzábamos un poco para insertar el trapo bañado en petróleo, luego, el más valiente, encendía el fuego. El aire caliente llenaba el globo y lo elevaba poco a poco - ¿qué significaba “ser de grande”? -.
Entonces lo perseguíamos; primero lentamente como si no creyéramos que, en algún momento, en el menos esperado, el viento y el calor lo elevarían más y más y lo alejarían como –ahora sé- se alejan los sueños. Corríamos tras él a carcajada suelta; sabíamos que nunca lo íbamos a alcanzar, que tarde o temprano se perdería entre las montañas como otras tantas veces, pero el sólo hecho de seguirlo nos llenaba de alegría el alma.
Y así corrimos muchas tardes, tras un globo que desaparecía en el horizonte. Regresábamos a casa con las sonrisas a toda vela, cansados y felices, con las rodillas raspadas y las caras sucias, hasta que un día, nos vimos tratando de alcanzar sueños que se perdían en el horizonte y regresábamos cansados y con el alma rota porque no pudimos lograrlo.
“¿Qué quieres ser de grande?” Entonces me di cuenta que ser niño no era importante, lo importante era ser “grande”, aunque nadie especificaba si en talla, estatura o edad.  ¿Por qué nadie nos pregunta qué queremos ser de niños? Yo quería ser feliz y ya.

Cynthia Patricia Rodríguez




...Y un día entendí que después de volar alto,
la caída no iba a ser tan mala si me iba a recordar
lo que desde hace mucho había olvidado;
si iban a regresar los encuentros conmigo mismo,
el amor propio, el acariciar mi alma día y noche
y reconocerme fuerte y bella frente al espejo.
Sentí nudos en la garganta
Tuve noches de insomnio
Dolores de cabeza
Una lluvia interna...
Te confieso, volví a sentir miedo,
pero ahora con un sabor diferente:
Temblando pero de pie
Llorando pero con firmeza
Con una vista nublada, pero sin perder el sentido.
Sabiendo hacia dónde ir.
¡Desperté de la pesadilla!
Descubrí que el mal momento se iba a ir poco a poco,
pero que mi voluntad se quedaba conmigo.
Que podía girar el mundo y no pasaba nada si yo no quería.
¡Me levanté!
Aún con las alas rotas, despegué del suelo
El cielo me sonrió y fue mi testigo cuando lo acaricié.

viernes, 21 de junio de 2019

Flor de Capomo / Paul Carrillo





Sirven de agujero las palabras al servicio de un discurso canción que ya sin música arrastra tras su paso el esqueleto para entonces el cadáver militante se ofrece a la rapiña días disfrazados de buitres que nos da la razón por otro lado, la palabra hunde su semilla luminosa en el sexo de las cosas, y estas, fugaces y frenéticas danzan sobre los significados creyéndose el barniz del universo Nada nuevo bajo la palabra sol: el lenguaje nos oculta al alumbrarnos, pero si dice alguien de golpe cuchara o hipocampo flor
nace una temblorosa entre sus labios.

lunes, 17 de junio de 2019

Hemos sido / Saturnino Ruiz Roque



“Soneto” 14


Cuantas veces, ¡junto al lecho del mar y la arena!
Te dibujó aquel viento, ¡tu cuerpo y tu figura!
Cuantas veces, latió el corazón, ¡sin ver mi pena!
¡Contemplando el eterno universo en mi amargura!

¡Cada noche en cada estrella el iris de tus ojos!
Mitigó la pena, ¡de no verte y el saberte ausente!
Y cuanto añoro en tu cuerpo, ¡su fragancia a rojos!
Pétalos, rosas en botón tu boca presente.

Tanto te amé y tú, ¡sin siquiera saberlo amada!
Tantas veces, te acarició el viento, ¡vacilante!
Cuantas veces, un beso eterno, ¡rodo a tu boca!

Mil veces crucé el cielo, ¡buscando tu mirada!
Y en mis ojos, un río, silencioso, ¡rodante!
Amándote en silencio, con ansia lenta, ¡loca!

domingo, 16 de junio de 2019

Cómeme a pico / Vocaur





Cómeme a pico en la fuente
pájaro salvaje destilando amor...
pico a pico,
ala a ala.
Horas devorándome,
desangrándome el recuerdo.
Amor bonito,
Amor sincero,
Amor de niños que éramos.
Que pluma tan negra que es tu pluma,
que pico tan bruñido es tu pico.
mientras canta la fuente
tu me comes a pico.
Pico de amor incomparable,
pico de encanto resilente,
metáfora viva de amor
que nos profesamos.
No te separes de mí,
no quiero que te vayas,
no me dejes en este sentimiento desenfrenado.
ÁMAME A PICO,
CÓMEME A VUELO
MIENTRAS TE DURA EL ANHELO.

viernes, 31 de mayo de 2019

Cecilia Ibarra


Cecilia Ibarra


Víctor Hugo Medel Gómez




Hay unos segundos sin tiempo
Donde el reloj es liquido
Porque filtramos nuestras penas
Y recuerdos y sueños, hay un tiempo sin tiempo
Para aliviarnos de…
…esta maldita resaca producto de mi  adicción a la realidad

Río / Jair J. González





Abrazarte de insomnes noches de los dos, hilar tu cabello en trenzas eternas y
descubrir en tus ojos la geografía de mis viajes perdidos.
Belleza claroscuro perecedera, y la desembocadura de la tierra de surcos carnívoros y
frutos líquidos.
Sentados a compases yuxtapuestos sobre el frescor del pasto raso.
Escuchar la embelesada melodía de la orquesta pulmonar de tus suspiros.
Sopesar las tuyas comparando el tamaño de nuestras manos, acariciándose mientras
nosotros miramos, el agua desnuda del río.
Desvestir tu pecho... y contemplar,
a pezones volando erizados como pájaros,
esponjándolos como brote de las flores, al paso de mis dedos...
Fluiríamos en vehemencias torrenciales:
Si las manos y las caricias y las miradas, fueran río,
Si escapáramos… Sí, escapamos
como solemos, a ocasionales realidades
para bifurcarnos lúbricos,
como riego de almas al caudal fluvial de nuestra vida
erradicando el estiaje de nuestros ríos,
devorando el hastío hasta bebernos
o perdernos siendo el agua misma, tuya y mía.