Expresión Libre

domingo, 2 de marzo de 2014

Pubis

Mario Plascencia
 

El sabor de tus propuestas aladas y celestes viven enclaustradas en huelga de hambre. Tienen por consigna la solicitud de mi cabeza en una bandeja antes de volver a la cama. La abstinencia de tus labios me deshidrata y lleva la piel hasta mis huesos, me faltas.

Causaste la adicción sutil y necesaria para que mi cuerpo no quiera estar lejos de tus sueños pedestres para que mi dejavú recurrente de cada amanecer, me atormente, despertar para tomarte por la espalda, asirme a tus pechos, anclado a tus muslos.

Nuestra cama, esta bestia apolillada que nos pesca con anzuelos brillantes de deseo, sus sabanas claras parecen alas que nos elevan casi al punto de tocar el techo,  las rígidas almohadas nos estorban al girar por los lienzos de un Dalí efímero que pintaba tantas caricias como relojes carentes de manecillas.

Extraño la extrañeza de extrañar tu cuerpo y de tu cuerpo tu pubis adicción eterna de mis poemas.

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