Expresión Libre

viernes, 26 de junio de 2015

Lenguaje turbio / Juan Amador Gaya


Siempre hablaron lenguajes distintos, aun así se entendían.
Ella hablaba solo lo necesario, siempre objetiva, culta y de gustos refinados. Tenía una forma sensual hasta de caminar, su vientre jamás supo hincharse por ninguna razón. Poseía una vasta agenda colaboradores en su red de aseguradora. Portaba con exquisitez 45 otoños, en su rostro se leían líneas de profunda soledad. Soledad sosegada de cuando en cuando por él.

Él comía en cualquier puesto callejero, su lenguaje florido era su carta de presentación, lo más serio que había leído alguna vez fue "El Kalimán". Su aspecto era algo descuidado aunque poseía una ligera magia con su sonrisa. Su vida giraba en torno a venta de refacciones automotrices, su corazón era un enorme casillero. Vivía conforme le pintara el momento, disciplina de ninguna especie, más sus pupilas titilaban constantemente cierta tristeza. Su paliativo irregular era ella.


Ellos se conocían poco, se limitaban a preguntarse, dejaban en el tintero esas muchas cosas que se imaginaban. Era mejor así. Se arrebataban carnalmente luego neutralizaban con ese lenguaje turbio. El silencio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario