Expresión Libre

martes, 11 de agosto de 2015

Cosas que vuelan / Samuel Rodríguez

 

No sé que hace una palomilla en el muro de nuestro cuarto a estas horas de la noche. Quizás lo mismo que yo. Espero que mi esposa no se levante porque le aterran los insectos, en especial los voladores. A mí también me aterran algunas cosas que vuelan, por ejemplo, las Palabras. No me asustan cuando se arrastran o las dicen los niños. Pero en ocasiones, cuando voy a la iglesia, cuando abro uno de esos documentos que escriben los investigadores o cuando asisto a una junta determinante, me aterran las Palabras. Pareciera que se me viene un enjambre encima, como si a las palabras se les quitara su significado, su encanto y solo les quedara el !!bshhh!! !!bshhh!! ese sonido que aterra. En mi opinión, sería mejor si le diéramos a las palabras la misma importancia que le damos a nuestras tesis. En fin, la palomilla ya se fue. A nadie le importa mas que a mí (así son los acontecimientos minúsculos). Mi esposa despertó, no miró a la palomilla y volvió a dormir. Y yo sigo aquí, viendo como se arrastra y se estira la palabra: desvelo.

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