Expresión Libre

martes, 11 de agosto de 2015

Poco a poco / Mario E. Pineda Quintal

 

-Váyanse a la chingada, pinches zapatillas, sandalias, botas y chanclas, a solas y en pares, todas chinguen a su madre y sus putos tacones también, ya no me sirven- grita Maricela, con el rostro enfurecido, hacia el aparador de la zapatería.

Después de otra mentada, el gerente del negocio se para junto a ella y le dice que ya pasó la hora, que se largue. Maricela ofrece cien pesos por otra más, pero no se los aceptan, le piden que se vaya porque asusta a los clientes.

Ella guarda el dinero en su bolso, extiende la sábana que tenía doblada encima de sus muslos, tapa las costuras donde terminan sus piernas y encamina su silla de ruedas hacia la salida. Mañana continuará con su terapia de rehabilitación.

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