Expresión Libre

martes, 30 de octubre de 2018

Hilo rojo / Jesús Alfonso silva Íñiguez


Se habla que todos seguimos una línea llamada destino, y que existe un hilo rojo que conecta a las personas que están predestinadas a conocerse. Eso nos ocurre una y otra vez y no se puede forzar, las posibilidades son infinitas pero se concretan únicamente los enlaces que deben ocurrir. Si lo fuerzas la conexión no será duradera. Conoces por ejemplo a tu mascota que de todas las posibilidades es ella la que te acompañará en la vida. Ayer cuando acompañaba a mi mamá al doctor vi a una persona que conocí por azar en la fila de los exámenes médicos para entrar a la universidad y que después descubrí que era mi vecino yo no llevaba mucho tiempo viviendo en esta colonia, pero parece que ya no vive más por aquí. Verlo me recordó el examen médico, los resultados arrojaron que él tenía un estado de salud envidiable en cambio los míos, se resumen en la mirada del doctor mirando a un punto fijo, su gesto fue de mucha desaprobación, la cuestión es que mi ex vecino, ahora se ve un poco abotargado no muy gordo, pero se le notan ya los años que han trascurrido, iba con una mujer, me imagino su esposa eso explica el nacimiento de panza en él; yo por mi parte he recuperado en gran medida mi estado físico, no soy el atleta de alto rendimiento de mi juventud, pero si debo de representar la salud de un hombre de 50 años sano que para mí es una victoria. Quizás si el doctor me hiciera un chequeo tendría un rostro un poco más amable esta vez, en fin la línea roja hizo su trabajo de juntar a dos personas que las probabilidades diría que nunca se cruzarían en el camino, para representar el Yin y el Yang de la salud de un preuniversitario.

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