Expresión Libre

jueves, 30 de mayo de 2019

La Cazería.../ Exyquío Sabino y Salazar





Se había abierto la caza y comenzaron a matarnos a todos. Los cazadores estaban por todas partes. No había escapatoria. Estaban en los edificios y en las cornizas de las azoteas; estaban en las iglesias y en la presidencia municipal. Estaban también bajo tierra, en las alcantarillas, y sobre las copas de los árboles y escondidos tras cada esquina. Estaban disparando a diestra y siniestra, a niños, mujeres y hombres, a ancianos que apenas podían caminar, a gordos y viejas reumáticas y achacosas, a niños mimados y niñas malcriadas, a jóvenes envalentonados y a los débiles que lloraban.
La cazería se declaró un día de verano y para el final de ese año la población había bajado a menos de la mitad. La cazería continuaría hasta que no hubiera nadie más. La cazería era lo unico y los humanos ya no teníamos cabida en el mundo; había que esconderse, huir, pero ¿a dónde? Los cazadores estaban en todas partes; estaban en los ríos y en los bosques, en las selvas y en los desiertos, en los oceanos también estaban. Montaban elefantes en áfrica y leones en la sabana; los mares los surcaban navegando tiburones y los aires los dominaban sobre enormes buitres y cóndores. Estaban en las cuevas y en los cenotes, en las grutas y en las cascadas; también estaban en las madrigueras y en las colmenas y en las torres de vigilancia de los guardabosques que ya habían muerto en la cazería.
La cazería es lo que hay y no se acabará hasta que deba terminarse. Se declaró la cazería y comenzaron a cazarnos a todos; ahora sólo es cuestión de tiempo para que todos seamos cazados y disecados.

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