Expresión Libre

domingo, 9 de noviembre de 2014

La trifulca


Jesús Alfonso Silva Iñiguez

Recuerdo que una noche terminando de trabajar en las calderas – sé que no muchos saben que es una caldera pero no hay tiempo para explicaciones- mi hermano y yo nos subimos a una ruta de camones que no conocíamos, en esos momentos, mi hermano se sentó en medio del camión junto a la ventana y yo seguí de largo y me senté en la parte de atrás. Nada raro pasaba en esos momentos, hasta que unos maleantes aún ignoro por qué/ buscaron problemas/ y me les enfrente como diría el príncipe del rap, los tipos trataron de quitarme la gorra, pero mi hermano volteó y eso hizo que ellos se fueran sobre él, le asestaron unos cuantos golpes, yo como casi siempre que hay una pelea actuó sin pensar y tomando por la espalda a uno de los malandrines lo tiré contra un asiento desocupado el tipo cayó redondito y un tercero que no vi me agarro, cabe señalar que los tipos estaban ahogados de borrachos o ve tú a saber que se metieron, pero fue muy fácil soltarme del tipo que me sujetaba. Todos en el camión se alarmaron y el chofer como si no fuera obvio preguntó:
- ¿Quién ofendió?
Lo primero que pensé es que no mamará el camionero pues los fulanos se subieron al camión y ni siquiera le pagaron y estaban hostigando a todos los pasajeros, pero al parecer los tipos no se sintieron tan seguros pues empezaron a decirnos a mí y a mi hermano que éramos barrio, muy al estilo de la jerga chola, en esos momentos me di cuenta que no tenía mi gorra porque en el forcejeo se me cayó; pero lo que menos importaba era la gorra, la cuestión era como salir de esa situación, y de pronto los tipos nos dijeron:

- Bájense y ya no hay pedo -a lo que yo respondí-.
- Simón pero dame mi gorra- en estos momentos reflexionándolo fríamente digo para que chingados quería la gorra pero en fin ya lo había dicho-.
- Simón dales su pinche gorra -dijo uno de los malandrines-.
Uno de ellos me dio la gorra y mi hermano bajo pasando frente de ellos y le dieron una tanda de patadas yo y se lo mismo y obtuve la misma tanda de tres patadas, pero como siempre no reflexioné y subiendo rápidamente al camión le di una patada en los huevos al primero que tuve a la mano y salí corriendo. Mi acción no pudo ser más estúpida he inoportuna pues los tres imbéciles me siguieron volvieron a encarar a mi hermano que por cierto también tenía una gorra dos de los trincados trataron de quitarle la gorra pero esta vez alcanzó a meter las manos y de un puñetazo hizo que la soltará el cabrón que la traía. Yo por mi parte estaba enfrente del mismo gordo al que había tirado en los asientos del camión y el sólo repetía una y otra vez “quiere que valga verga”, yo no respondía nada estaba como acalambrado y al ver pasar a mi hermano por un lado dije a la mierda si mi hermano ya se va aplicaré la de las pistas de Blue si el entró yo también y me fui dando media vuelta, fuimos mi hermano calvo y yo a que se lavará la cara porque tenía un golpe en la nariz mientras caminábamos dentro de plaza patria, platicamos con clama las cosas un poco sacados de honda por la forma en la que reaccionamos, según nosotros fue muy tibia nuestra forma de actuar pero creo que si nos hubiéramos enfrascado en una pelea con esos tres bastardos sin gloria no estaríamos hoy y no es porque crea que dos contra tres es una pelea demasiado des igual sino por qué reflexionando en el hecho el calvo me dijo que llevaba un picahielos el gordo que me encaró, en fin nadie está preparado para situaciones como esa creo que sólo actuamos instintivamente, ni bien, ni mal y corrimos con suerte, mucha suerte.

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