Déjame / Juan Amador Gaya

 

-Déjame…déjame.

No seas tan terco.
-Poquito, zas?
-No insistas más, la respuesta es no.
-Anda niña.
-Suéltame y déjame en paz.
-Yo te suelto, pero ya ves mis manos como son.
-No, por lo que más quieras. ¡Dios mío ayúdame!
-Como si te fuera hacer algo malo.
-Mi vida, como te digo para que entiendas que aquí no.
-Unos segunditos nomás ¿sí?
-Espérate tantito a que lleguemos a la casa hombre.
Eso de andar borrachito y según tú te pones
Romántico no es de Dios,
No es de Dios que según romántico andes borrachito.
-No seas ranchera mujer cuál borrachito?
Sólo ando inspirado.
-Mira que voy a pegar de gritos.
-Pero no es para tanto.
-Déjame pues.
Nos van a ver…nos van a oír.
La gente está volteando.
-Exageras
-No me vuelvas a acompañar, que vergüenza,
Pareces un chiquillo.
-Que tanto es tantito, no pasa nada.
-Tú sólo quieres salirte con la tuya, pero no.
-Anda amacita chula, di que sí.
-Eres más terco que una mula
Y luego dices que la mula soy yo.
-Cuando te pones rejega me gustas más.
-Os tate sosiego.
-Yo sé que quieres, pero te haces la difícil.
-Ese atrevimiento te va salir caro, ya lo veraz bribón.
-¿Campeón?
-Me tienes hasta anginas.
-Mira chula; ya sabes cómo soy.
Un poquito risueño, eso es todo.
-La vez anterior acabé orinándome.
Que no, no quiero cosquillas.
Las cosquillas me matan,
Me vuelven loca y caigo en desesperación.
Cosquillas no.
Te digo que no. No, no y no.
Déjame.
-Está bien mujer sólo recuerda que no diario es domingo.
-Dirás bien al fin que comer y rascar, solo es empezar.