Expresión Libre

sábado, 16 de enero de 2016

Cenizas / Carlos Islas


Un ave de fuego atraviesa el cielo
que se estremece y lanza un fuerte rugido
de león atormentando a los inadvertidos.
Escupe bolas de fuego
Para devorar a los hombres.
Las casas desaparecen,
así como las escuelas,
los mercados, las plazas.
Benjamín queda aturdido y empolvado
sin sentido de ubicación
después de que su casa
se convirtió en escombros.
Mira a todos lados con sus ojos
grandes y llorosos.
No ve nada de lo que conocía,
no ve su hogar, ni sus habitantes.
Ya no está su madre, ni su padre,
tampoco sus hermanos.
Ya no hay nada, eso mira, la nada…
las ruinas pintadas de sangre,
sangre que paga las culpas de ajenos.
¿Sangre derramada por la justicia?
¿sangre derramada por la paz?
Benjamín no entiende por qué
tantos muertos,
ni mucho menos entiende
por qué las ideas radicales asesinan,
por qué las ideas no entienden el respeto
por la vida ni por los demás.
Benjamín está solo, con los ojos llorosos,
Sobre los escombros de su casa
intentando ver el cielo azul
escondido entre las nubes grises de polvo.

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