Expresión Libre

sábado, 16 de enero de 2016

Música / Paul Carrillo


Cualquier mujer amada es un himno a la alegría o a la tragedia| yo mismo sospecho haber sido en otra vida un saxofón suspirar| por ejemplo| es que la muerte te bese la frente mientras cantan juntos sobre el cadáver de tu propia agonía toda vida por lo tanto es una sinfonía todo acto de rebeldía es un vals en la penumbra| un arpegio de esperanza todo corazón que lata es un piano en llamas| cualquier beso que derrita es una canción sin título aún después de lo anterior| nos atañen los silencios necesarios en cualquier pieza musical.
Fácilmente recuerdo las canciones sin letra que me otorgó aquella mujer deliberadamente eterna todavía las tarareo.

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