Expresión Libre

lunes, 7 de abril de 2014

La fábula del perro y el lobo

 
José Ildefonso Ruiz Esparza
 

En medio del bosque, meditaba un lobo la diferencia entre un lobo y un perro casero. El lobo decía para sí mismo: -Soy un lobo, imponente y fuerte cazador, mis aullidos son capaces de susurrarle a la luna, y mi jauría es más peligrosa que cualquier peste bíblica descrita. SOY GRANDE E IMPONENTE LOBO CAZADOR. Y el perro, el perro... solo mueve la cola cuando lo inunda la alegría de ver a su amo.... ¿qué tiene de importante tener un amo? Camina a su lado, y adopta humanos como manada. No caza, porque el gran humano le da de comer. ! Vaya holgazán ¡sería capaz de enfrentarme por defender a los que no son su raza. Perro traidor. Es tan parecido a su amo, que no entiendo por qué no regresa al bosque, aquí, sería el imponente perro cazador. El perro solo tiene amor, y perdió su manada por una familia. Yo soy el lobo, el gran e imponente lobo cazador. Solo necesito dominar mi manada, ser un líder impetuoso, y valiente. Al pasar los días, el lobo fue destronado por un lobo más joven y fuerte, mientras que al perro, le compraron una casa nueva, y le dieron un trozo de carne fresca.

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