Expresión Libre

lunes, 7 de abril de 2014

Vas siempre conmigo

Saturnino Ruiz Roque

Aun guardo en el recuerdo tu porte, tu figura, tu caminar sereno por la calle,
a tu encuentro salir quise en aquel instante arrebatado por tan fino encanto,
aquel vestido tan hermoso, color de jacarandas, mi corazón latía fuertemente
ganó la razón y te dejé pasar, y a la iglesia dirigí con más nostalgia ya mi paso.
Te vi doblar la esquina al templo con paso ligero y armonioso caminar el tuyo;
por hablar y escuchar de tus labios flor de cerezo y tu voz vibrantes melodías,
tan segura de ti misma, porque tanta tristeza al verte, cuanto hubiera dado yo
sentir tu presencia embriagándome, dicha paz e ilusiones tantas veces sentidas.
Ya de aquel lejano recuerdo, guarda mi corazón, tú ardiente lozanía a mis días,
mi mente borrar no puede tantas cosas sucedidas, aquellas miradas furtivas,
mi espíritu goza noche y día la vida larga y del amor cosas siempre tan breves.
Tus ojos siempre insondable abismo y que se ocultan tantas veces mis sentidos,
 
tu voz y cuerpo claro, tus ojos de ágatas, pregunto siempre a solitarios vientos
si me extrañas, si a ese caudal de vivos sentimientos en las noches me recuerdas.
Atrevida, audazmente, tu presencia aún me ha quemado las sangrantes heridas,
afuera llueve copiosamente, a pesar de sentirte tan cerca estás de mi tan lejana
y contemplo a través de mi amplia ventana del cristal, que empapa intensamente,
te recuerdo y siempre en estos días plomizos y lluviosos, vagan mis sentimientos
y la mirada fija al infinito, anclado y solitario en la soledad íntima de mi alcoba,
me preguntaré si valió la pena amarte tanto o ser correspondido eternamente.
El corazón sangra por un amor que cautiva y conmueve, hoy a las altas colinas
vuelve la vida, donde quiera que vayas, en dondequiera que estés, serás mi amada,
aun cuando por razón, nunca podamos por diversos motivos nuestras vidas unir.
He caminado por contemplar paisajes, siempre que llueve, de verdes tan diferentes
se visten y engalanan, planicies y valles, los impenetrables abismos, pastos pinta,
que por mí el haberte conocido y nuevamente visto ¡me basta para el amor sentir!

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