Expresión Libre

viernes, 5 de diciembre de 2014

La pobreza


Víctor Hugo

María iba de regreso a casa un poco inquieta por lo que le dijo su maestra al director en el recreo: “la pobreza es una ilusión, con esta expresión encubren lo que en verdad debe ser llamado injusticia e ineficiencia en el reparto de bienes y derechos “eso la dejó muy pensativa pues seguido escucha la palabra “pobreza”, sin embargo, todavía no sabe bien lo que significa.
Para aclarar sus dudas María preguntó a Pedrito, el niño más inteligente de su clase, ¿qué era la pobreza?, él le dijo que ser pobre significa no tener nada.
Cuando María pasaba por enfrente de la autopista vio a don Sebastián. Ella decidió pasar a despedirse, ya que muy pronto don Sebastián se mudaría a la ciudad.
La curiosidad de María no tardó en aparecer y con toda la inocencia ella pregunto:
-¿Por qué se va a la ciudad?
El contesto que era porque su tierra ya no producía lo suficiente, y menos con las pocas lluvias que habían caído en el año, y que se iría a la ciudad porque allá le habían conseguido trabajo.
María le dijo que para que se iba si aquí tenía su casa y su familia y que si se iba para allá lo perdería todo, y se haría pobre.
Él se rio y contesto que al contrario él va para ganar dinero.

“¡Mmm! Teniendo tanto aquí, no sé por qué se va, no entiendo a los adultos” pensó.
María se despidió de don Sebastián y reanudo su camino.
Esa misma tarde cuando salió a jugar al quiosco María vio a un hombre muy sucio, el cual se encontraba tirado en el suelo y con su rodilla envuelta en olorosos trapos, ella no dudó en acercarse y preguntarle que por qué era pobre, él le contesto:
-Dicen que la gente elige ser pobre, que están así porque quieren, pero yo nunca lo elegí, desde que nací soy pobre.
-Yo vivía solo con mi padre, pero él nunca me ponía atención, se la vivía borracho, yo tenía que trabajar siendo un niño, fui explotado, hasta que un día tuve un accidente por el cual ya no pude volver a caminar, y después de un tiempo mi padre murió, me dejó solo sin un lugar donde vivir y sin dinero.
-Y por qué no se va a la ciudad, allá se consigue dinero.
-No niña. La ciudad corrompe a los hombres, tal vez les da dinero pero a cambio les empobrece el alma, el dinero no lo es todo en esta vida. Aunque no lo parezca ahora estoy tranquilo, ya vendí mi niñez, y ya no venderé la poca vida que me queda.
Cuando el hombre calló sonaron las campanas, eran las 6 de la tarde y María tenía que regresar a casa, pero no sin antes despedirse dándole un gran abrazo al hombre.
-Estos valen más que el dinero, adiós niña-.
Por la noche, antes de irse a dormir, María escuchó que sus

padres charlaban en la sala.
-Muy pronto tendré que irme –dijo el papá-
-Y qué haremos nosotras aquí solas respondió- preocupada la madre.
-No te preocupes, venderé mi tierra, les dejaré una parte, y con la otra pagaré el viaje, una vez este del otro lado, buscaré trabajo para enviarles dinero.
-que haremos si te pasa algo cuando estés cruzando la frontera. Y de seguro le venderás las tierras a ese abusivo arrendatario ¿verdad?... Él no te dará ni la mitad de lo que cuestan. Cree que por estar en esta situación somos ignorantes.
-no me pasará nada, y sí, se las venderé, él es el único que se arriesgaría a comprarlas. Que no ves que apenas y ha llovido desde que inició el tiempo de lluvias, la tierra está casi hecha talco.
María escuchaba escondida tras la puerta, su madre se ponía las manos en la nuca, su padre sentado no dejaba de ver el piso, de pronto comenzó a llorar.
Cuando María escucho eso, decidió acercarse.
-¿por qué somos tan pobres?
Le dio unas palmaditas en el hombro a su padre y le dijo:
-No te preocupes papá, no somos pobres, tan solo no tenemos dinero.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario