Expresión Libre

lunes, 18 de mayo de 2015

Un sueño profundo / Edgar Lara Medina


Recuerdo las campanadas repicar, mientras…
Papá entraba a misa de cuerpo presente.
Esos momentos en los que el mundo sin más,
Te refriega a la muerte en la cara, inconsciente.
Los pensamientos te obligan a pensar en cosas,
En cosas que te matan en este mundo de causas,
En los momentos sin igual, en las hipocresías,
En el lecho de pena de tu vida, en las mentiras.
Recuerdo a mi padre que decía:
“Hasta que no acabes la tarea, saldrás de casa,
Pues este mundo está lleno de penas, sin gente buena,
Y cuando seas grande… tú les darás la muestra.”
Él me educó a hacer siempre el bien,
A no esperar nada a cambio de lo que haga.
Él me mostró la traición de la sociedad
Y también me dijo de toda la maldad.
Era un padre que dio la vida por su familia
Una persona que se entregaba decidida,
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Que siempre ayudaba a quien fuera…
Que vivía, y siempre permanecía tranquila.
Ahora que ya no se encuentra conmigo presente,
Me ha dado fuerza para seguir siempre consiente
Ayudar a los demás, pues uno mismo nunca sabe
Cuando podrá necesitar de alguien más…
Me mostró los caminos… el bueno y el malo:
El que te lleva al éxito, o el que va a las ruinas,
El que hablará bien de ti, o te ilustrará para mal.
Tú mismo te construyes, en la vida que eliges.
Dijo que habría falsos regalos… la hipocresía,
Muchos tratarían de ponerme condiciones
Con cualquier objeto… que tenía que ser fuerte,
Porque el enemigo quiere verte abajo, inerte.
Venimos a algo a este mundo…
A estorbar o bien a triunfar, a aprender,
A llorar, a vivir, a enseñar, a entender,
Sentirte mejor, a educar y creer…
Todo se lo debo a él, siempre me apoyo,
Me valoró y también me comprendió,
Ahora han pasado muchos años y él…
Permanece ahora en un sueño profundo.

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